En el marco del proceso de privatización neoliberal impulsado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, nos encontramos con las últimas trincheras de la ambición donde el gran capital pretende insertar sus colmillos para obtener el absoluto control y la máxima ganancia: la biodiversidad (el material genético), el oxígeno y el agua. El agua no es un problema en sí mismo, sino que el problema es el modelo de desarrollo que la usa