La ganadería en la actualidad está inmersa en un proceso de cambio a gran escala cuyo ritmo se ha acentuado desde la “revolución verde”, a partir de segunda mitad del Siglo XX. La masiva inversión energética y de materiales que se produjo en la agricultura, contribuyó a incrementar la producción de alimentos baratos para los animales domésticos. Además, la coyuntura de crecimiento económico e industrial a nivel mundial, ha generado una demanda creciente de alimentos, específicamente de carne y lácteos.