Producen el 80% de los alimentos que llega a la mesa de los argentinos sin importar la clase social. En sus actividades condensan el 70% del trabajo rural pero cultivan en apenas un cuarto de las tierras agrícolas del país, y solo un 40% de ellos es dueño de las tierras en donde produce. Se muestran como el “otro campo”, frente al agronegocio de exportación.