La epistemología positivista de la educación toma el saber científico-natural como modelo referente paradigmático para pensar la objetividad, la neutralidad, la intersubjetividad, universalidad, nomoteticidad, rigurosidad, y certeza de los saberes. Esos saberes que no clasifican bajo este criterio son interiorizados y estigmatizados, en tanto se les niega el acceso a esas pretensiones de validez ontológica y gnoseológica, que se le adjudican al saber científico-natural.