El obispo Luiz Flavio Cappio decidió levantar el ayuno que cumplía desde hace más de tres semanas, pero dijo que no renuncia a la lucha. El obispo cumplía una huelga de hambre para oponerse a un plan de 3600 millones de dólares para desviar uno de los ríos más grandes de Brasil. Cappio sostiene que la obra sería una catástrofe ecológica para el río San Francisco. El miércoles perdió el conocimiento al conocer la decisión de la Corte Suprema que permitía la reanudación de las obras del mayor proyecto de infraestructura de Brasil. Ayer, los médicos le aconsejaron que desistiera de la protesta