La gobernabilidad global del Ambiente, que incluye tanto la privatización de la Biodiversidad en sus diversas escalas (desde los ecosistemas de Páramo hasta las estructuras moleculares), nuevas formas de intervención y experimentación biotecnológica a gran escala, así como la implantación de grandes megaproyectos para la expropiación de recursos estratégicos, especialmente en la América Andina, expresa el diseño de una nueva geografía del poder, acompañada de nuevas formas de ordenación de territorios, de poblaciones y de capital