Carlos Noriega

Históricamente excluidos, discriminados, atacados, despojados, los pueblos indígenas, andinos y amazónicos, son las víctimas olvidadas de la pandemia del coronavirus. El gobierno demoró más de dos meses en reaccionar ante la grave crisis en estas poblaciones y anunciar algunas medidas, pero solo para la Amazonia. Medidas que, según denuncian dirigentes indígenas y especialistas, han quedado en el papel sin implementarse o son insuficientes. Según datos oficiales, el 25 por ciento de los peruanos son indígenas, es decir unos 8 millones, de los cuales algo más de 300 mil pertenecen a pueblos originarios amazónicos y el resto a comunidades andinas. Es en la Amazonia donde la pandemia golpea con más dureza. Ahí la situación es dramática. Organizaciones indígenas han demandado judicialmente al gobierno.

En los once meses del gobierno de Humala han muerto quince personas víctimas de la represión contra las protestas sociales. Crece la división al interior de la alianza oficialista por las críticas de los sectores progresistas.

"Otra vez las protestas campesinas contra la minería ponen en serios problemas al gobierno de Ollanta Humala. Esta vez, la violencia estalló en la región andina de Cusco donde la población de la provincia de Espinar, ubicada a más de cuatro mil metros de altura, rechaza las actividades de la minera Xstrata."

En Perú exigen que paguen más por las ganancias extraordinarias del cobre. Una multitud detuvo a sesenta policías y un general que intentaban levantar un corte de ruta y por poco los linchan, mientras que los gobernantes de la región hacían huelga de hambre en Lima. Sigue paralizado el sur de Perú

Las demandas contra las políticas neoliberales del gobierno se recrudecen. Ayer, el sector campesino se sumó a la huelga indefinida de los docentes y un dirigente fue baleado por la policía

La aprobación del tratado comercial con Estados Unidos desató una ola de protestas en Perú