Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), uno de cada cuatro niños menores de cinco años en el mundo padece retraso del crecimiento. El hambre y la malnutrición, pues, matan progresivamente a más personas cada año que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas; generan más muertes que cualquiera de las guerras actuales. O quizás estamos ante otro tipo de guerra, esta vez silenciosa. Los datos mundiales siguen siendo dramáticos: 870 millones de personas pasan hambre.