El próximo 4 de septiembre llegará a término un proceso que podría terminar con el “enclave institucional heredero de la dictadura”, en términos del sociólogo Manuel Antonio Garretón. El proceso constituyente que ha vivido Chile desde 2019 hasta 2022 ha sido único en el mundo e, incluso, podría ser el único que ha cumplido con estándares democráticos de representación ciudadana de distintos sectores de la sociedad. Por lo pronto, el camino a seguir va a requerir la coalición de voluntades políticas y organización territorial. Por eso, es preciso comenzar a levantar el diálogo ciudadano y difundir los contenidos de la nueva Constitución en los diferentes territorios.