Durante los últimos años han florecido en distintos países de América Latina procesos de transformación que, desde las instituciones, vienen a romper con décadas de políticas neoliberales y parecen abrir la puerta a modelos más justos en lo económico y más respetuosos con la diversidad cultural y el medio ambiente. En este camino, los Gobiernos se encuentran con la tarea de afrontar el extraordinario peso que sigue teniendo el extractivismo en la economía, como principal fuente de ingresos, pero también como causante de conflictos sociales crecientes.