Cinco campesinos sin tierra, acusados injustamente por la Fiscalía que investiga la masacre de Curuguaty, en Paraguay, están realizando una huelga de hambre que ya lleva 53 días (desde el 14 de febrero) y se encuentran en situación preocupante, exigiendo su libertad (o, en todo caso, prisión domiciliaria) ante la falta de pruebas y muchas irregularidades que se perpetraron en el proceso judicial que se lleva en contra de ellos y otros campesinos y campesinas inocentes.