"Pensarnos como seres vivos socionaturales, como comunidades geobiopolíticas, disloca la discusión sobre los procesos de apropiación de la “naturaleza” como un elemento ligado fundamentalmente con la distribución de costos y beneficios (propia de la economía ecológica) para situarnos más entorno a las relaciones de poder, las racionalidades y sentidos de lugar y desmarcarnos de la racionalidad econométrica unidimensional del mercado."