Me considero más ambientalista desde que conocí el humedal-laguna Matusagaratí, en Darién, Panamá. Lo he visitado tres veces durante mi estancia de un año en Panamá. Ahí me hice miembro de la organización Alianza por un Mejor Darién y soy uno de sus cronistas y archivero de sus documentos. Por eso quiero relatar una parte de la historia de su lucha por salvar ese ecosistema, ahora que su vida pende de un hilo. Me centraré en la parte primera, cuando se cometió la mayoría de irregularidades y robos.