Los alimentos y la agricultura son ejes fundamentales de nuestra vida. La agricultura no sólo es nuestro sustento, sino nuestra cultura y nuestra forma de relacionarnos con la Madre Naturaleza. La lógica del "libre comercio" es contraria a todo esto, pues mercantiliza la vida y convierte el alimento en una mercancía más. Este principio del libre comercio está representado y fomentado por la Organización Mundial del Comercio y por los diversos Tratados de Libre Comercio que se impulsan a nivel global.