Argentina: articulación de políticas públicas y el sector campesino
Organizaciones campesinas de todo el país participaron en una jornada de reflexión y debate con funcionarios de distintos organismos públicos. Como telón de fondo aparecen los distintos modelos productivos a impulsar y qué concepción de política pública se termina implementando.
Organismos como el Foro de Agricultura Familiar (Fonaf), INTA, INTI o el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación impulsan una incipiente relación con los sectores campesinos organizados. Según declaran estas agencias estatales, la problemática agropecuaria cobra singular importancia a partir de que "un sector se arrogó la representación del campo", consecuencia de los gravámenes impositivos a la exportación de la soja, principalmente. A partir de esto destacan la existencia de organizaciones campesinas que muestran "la otra cara del campo, la más desfavorecida" y convocan para avanzar en una "institucionalidad popular".
Por su parte, las organizaciones campesinas presentes (gran parte de ellas integrantes del Movimiento Nacional Campesino Indígena, MNCI) tenían como meta avanzar en discutir una agenda específica del sector: "desalojos, desmontes, concentración de tierras, desempleo, condiciones dignas de trabajo, salud, modelo agrario campesino indígena, reforma agraria integral, producción agroecológica y el rol del Estado".
Esta agenda se ve determinada por el modelo productivo agropecuario que se impone en la economía nacional, el de los agronegocios, que entra en abierta contradicción con las políticas de soberanía alimentaria de los movimientos campesinos. Desde las organizaciones populares se vive con preocupación este rumbo y aquellos funcionarios públicos que impulsan alternativas aparecen hoy como una minoría en destacamentos marginales.
Además, otra dimensión que recorrió el encuentro fue la del carácter de los recursos distribuidos. En este sentido, desde la UST de Mendoza explican que "a las organizaciones campesinas se les da 'asistencia', y a la mesa de enlace les dan subsidios para la producción. Lo que queremos es que a nuestras organizaciones se les empiece a poner ese nivel de recursos". Un integrante del MOCASE añade un agravante en ese sentido: "si una organización no forma parte de determinado entramado político no recibe los créditos ni la ayuda para desarrollar proyectos productivos", con lo cual entra en juego el problema de la autonomía política frente a las políticas públicas.
Dos modelos de distribución de recursos públicos se pondrán en juego en esta relación, la de organizaciones autónomas que rompen la visión asistencialista y la pretendida construcción de una "institucionalidad popular" que esbozó el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Modelos productivos, políticas públicas e impacto de los agronegocios son los ejes que se recorren en estas conversaciones para el análisis desde tres provincias, Mendoza, Santiago del Estero y La Rioja.
Mendoza: agua para pocos
Conversación con Diego Montón, UST (Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza). "Desde nuestro movimiento tenemos el objetivo de fortalecer la idea y la lucha por la soberanía alimentaria, lo que significa poder recuperar los medios de producción de alimentos en manos campesinas para volver a tener mercados locales en los cuales el pueblo pueda acceder a alimentos sanos y a precios justos. Para eso nos parece que es fundamental que se fortalezcan las organizaciones campesinas. Hay una gran diversidad, pero hoy hay cuestiones estructurales que están limitando y poniéndole un techo a nuestra economía. El Estado debe jugar un rol fundamental financiando y apoyando a las experiencias de las organizaciones. La idea de generar esta instancia junto con algunas personas del gobierno es poder acercar a las distintos programas de desarrollo estatales con las organizaciones campesinas para fortalecernos. Hoy en día casi que no tenemos recursos.
- ¿Se trata de un cambio en las relaciones con el Estado?
- Nosotros lo que queremos plantear es el carácter del financiamiento, que viene de una historia larga de tipo asistencial. Entonces decimos, a las organizaciones campesinas les dan asistencia, y a la mesa de enlace les dan subsidios para la producción. Lo que queremos es que a las organizaciones campesinas se les empiece a poner ese nivel de recursos. Nuestra expectativa es que también comprendan el rol clave de las organizaciones autónomas, en el sentido de la lucha contra el agronegocio se tiene que dar de una manera muy diversa. La expectativa es poder acercarnos y comprender que hay funcionarios que pueden jugar un rol estratégico y que ellos entiendan que hay organizaciones autónomas que quizás no se encuadren en su estructura política pero sí que podemos hacer mucho en la lucha contra el agronegocio.
- ¿En qué se diferencian estas organizaciones de la mesa de enlace?
- Acá hay productores y trabajadores de la tierra, que viven en la tierra y trabajan con sus manos, que ven a la naturaleza con una cosmovisión que implica ser parte, no como una cuestión a la que se le puede obtener una renta. La mesa de enlace nuclea a empresarios del agro, no trabajan, son gerentes de empresas de agronegocios.
- ¿Cómo están ustedes en Mendoza?
- Además de la problemática de la tierra, que es generalizada en todo el país, que implica el desplazamiento de las comunidades campesinas a las tierras menos fértiles e improductivas y con una tendencia a la concentración, está la cuestión del agua. Hay una ley muy vieja que le quitó el agua de riego a las familias campesinas y concentró un mercado del agua. Eso está limitando mucho la potencialidad de las comunidades campesinas.
- En todo el país se está dando la venta y extranjerización de las tierras, ¿cómo está el tema en Mendoza?
- Casi todo el esquema vitivinícola hoy está en manos extranjeras. Las famosas marcas de vinos fueron adquiridas por multinacionales.
- ¿Qué tipo de trabajo tienen ustedes con la UST?
- Hay una gran diversidad. En toda la zona sin derecho de riego las familias producen cabritos, vacas, ovejas. Y luego en la zona de riego muchas hortalizas. Tenemos pequeñas agroindustrias donde producimos vino artesanal, salsa de tomate, mermeladas, miel, una diversidad.
- ¿Cómo comercializan todo eso?
- Hoy tenemos una experiencia urbana de colectivos de mercado justo que están haciendo llegar nuestros productos directamente al consumidor y también con un trabajo de conciencia, no sólo en Mendoza, hay también de estos colectivos en Rosario y Buenos Aires.
Santiago del Estero: fumigan hasta las macetas
Conversación con Adolfo Farías, MOCASE - Vía Campesina
- ¿Qué expectativas tienen en un encuentro en el que están junto a otras organizaciones campesinas y el Estado?
- Nuestras expectativas siempre están encaminadas a luchar por la tierra, la soberanía alimentaria, la producción agroecológica y la educación. Tratamos de traer a estos espacios nuestro pensamiento de acuerdo al modelo de producción que venimos llevando adelante en la práctica. Compartir esto con otras organizaciones es lo más importante, y que el Estado pueda entender que no hay una sola forma de producir, en el sentido mecanizado de la producción, que los agronegocios no son el progreso sino todo lo contrario, son la desaparición de la producción campesina e indígena, la desaparición de nuestras semillas autóctonas. Hoy lo que estamos poniendo en debate es que hay otra forma de producir sin causar daño a la naturaleza. Nosotros creemos que en este tiempo la alimentación es estratégica para un desarrollo de país, para lograr una alimentación sana y no una alimentación para ganado o vehículos de la China o de India, como propone la mesa de enlace. Nosotros pretendemos desarrollar un mercado local donde podamos ir ofreciendo lo producido y a través de eso demostrar que hay otra forma de producción alternativa a los agronegocios del glifosato. Este paquete de agroexportación está dejando afuera a muchos productores.
- ¿Se puede abastecer a una población nacional desde la perspectiva productiva de ustedes?
- Es más que posible. Los problemas que estamos teniendo tienen que ver con la falta de recursos. Se está proponiendo otro modelo de producción, pero si una organización no forma parte de determinado entramado político no recibe los créditos ni la ayuda para desarrollar proyectos productivos. Nosotros lo estamos haciendo a pulmón y está dando resultado. El modelo nuestro se ha ido extendiendo como parte del movimiento nacional y en ningún momento nosotros apostamos a otro modelo. Queremos mantener nuestras técnicas de producción, implementando sí un volumen, pero para eso necesitamos la ayuda de la subsecretaría, que todavía no sabemos a qué desarrollo productivo se refiere.
- ¿Hay expectativas de comenzar a recibir el apoyo necesario y permanecer a la vez organizados autónomamente?
- La autonomía no la perdemos más allá de que tengamos algún proyecto. Nosotros no venimos a pedir nada sino a exigir nuestros derechos. Si se da bien, sino seguiremos adelante como hasta ahora, porque las organizaciones han ido generando sus propios recursos para mantener la producción. No queremos generar dependencia ni ser como los punteros políticos.
- ¿Cómo están en Santiago del Estero?
- Hay una lucha muy fuerte por la tierra a partir del avance de los agronegocios. Las fumigaciones siguen generando secuelas graves en la salud, matando los montes autóctonos, eliminando nuestra producción. Incluso van y tiran glifosato en los pozos nuestros, de donde sacamos agua para regar y tomar, el agua que usamos para los animales. De noche nos fumigan nuestra producción y nuestras huertas, mediante el apoyo de los paramilitares. ¿Quiénes están detrás de todo esto? Son empresarios, los mismos que defiende la mesa de enlace.
- ¿Sigue creciendo el MOCASE a nivel organizativo, sigue incorporando familias?
- Nosotros estamos en construcción permanente. Somos más de 9 mil familias organizadas y resistiendo en el territorio, y en un proceso de integración que nosotros llamamos "trabajo de base" de miles de familias más. Hoy estamos cubriendo casi todo el territorio santiagueño.
- Y a nivel nacional forman parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena.
- Sí, apostamos a ir sumando a otras organizaciones e ir compartiendo nuestra metodología y forma de trabajo encaminado a la construcción autónoma de cada organización. Como no queremos ser dependientes de ningún gobierno lo que hacemos es juntarnos con organizaciones que sostienen estos principios, y hoy dentro del movimiento hemos avanzado a nivel nacional ya en 11 provincias. Estamos hablando de organizaciones territoriales, que vienen haciendo un trabajo desde la comunidad, a través de la formación política y de las escuelas que tenemos dentro del movimiento nacional que son las escuelas de la memoria histórica, los campamentos latinoamericanos y las escuelas de formación política. Eso es el movimiento nacional, una organización territorial.
La Rioja: venta de tierras por la sequía
Conversación con Alberto Paredes, APEFAR (Asociación de Pequeños Productores y Familias Rurales de La Rioja).
- ¿Qué los trae a este encuentro?
- La invitación que nos hacen desde el ministerio y conocer a la gente de otras organizaciones y sus experiencias.
- ¿Cuál es la situación de ustedes, qué realidad viven en su provincia?
- La asociación tiene unos 470 socios, que son familias, en el departamento Rosario Vera Peñaloza. El principal problema de nuestra zona es el agua, la sequía. Por eso es que nosotros hemos tratado de organizarnos, para buscar soluciones. Es una zona ganadera, lo agrícola es muy poco por la falta de agua, pero las sequías de los últimos años ha deteriorado muchísimo nuestra economía que se basa principalmente en la cría de animales de todo tipo, vaca, cabra, aves, muchas cosas se están haciendo o queremos hacer.
- ¿Qué extensiones tienen los campos?
- Algunos de los socios que están con nosotros no poseen nada, y otros van desde las 20 a las 70 hectáreas. Y para pertenecer a nuestra asociación el socio no tiene que poseer más de 50 animales, vacunos o caprinos. Nosotros buscamos incluir al pequeño productor. Pero nuestro principal problema es el agua.
- En relación a la falta de agua, ¿cómo ven la llegada de la minería a la provincia?
- Mi opinión no es buena, yo lo veo mal. Yo tengo agua de vertiente, se está por trabajar ahí, y eso va a afectar toda la zona.
- ¿Qué pasa en relación al tema extranjerización de la tierra, creación de latifundios, en su provincia?
- Está llegando gente de afuera, de otras provincias o del exterior, que está comprando. Como la gente nuestra se está quedando sin nada por la sequía, están vendiendo todo para sobrevivir. Si en la región hay un 90% de pequeños productores, a como vamos van a quedar sólo los grandes productores.
Conversación con Leonardo, de AECHELAR (Asociación Emprendedores Chepes La Rioja). "Tenemos un trabajo en la parte urbana y otro en la rural. Tenemos un grupo en una comunidad que se llama La Laguna en donde están haciendo una fábrica de dulces".
- ¿Llegó hasta la localidad de ustedes la prohibición de hablar de minería en las escuelas ordenada por el gobernador de La Rioja?
- Sí, ha llegado, pero no tuvo efecto. Por ejemplo en esta comunidad que se llama La Laguna hay un proyecto en donde ya está hecha la exploración de minería. Nosotros ya hace unos años que venimos trabajando ahí y difundimos igual, por los medios de comunicación y también en las escuelas. Hubo una feria de ciencias esta semana y los chicos presentaron trabajos de ecología y tocaron el tema de la minería. No importó la línea que bajaron desde la capital. Y tenemos las radios locales que son independientes y con ellos podemos trabajar.
Conversación con un funcionario del ministerio de Desarrollo Social de la provincia de La Rioja: "Nosotros estamos trabajando con un plan articulado con la Nación, que es Desarrollo Local y Economía Social 'Manos a la Obra', que tiene que ver con intervenir en el desarrollo, fomento y apoyo a los pequeños productores de la provincia en todo lo que hace a sus actividades. Hay un caso particular que es en la zona de los Llanos, puntualmente en el departamento San Martín, que tiene límites con San Luis y con Córdoba. Allí hay mucha sequía y se desarrolla la actividad vacuna sobre todo y se ve la particularidad de que la gente se está yendo del lugar, por la falta de desarrollo productivo, a las provincias vecinas que son más productivas. En consecuencia, los grandes terratenientes de las provincias vecinas vienen a comprar las tierras para impulsar todo lo que es soja. Hay una zona, desde el centro del departamento hasta el límite con San Luis donde hay napas con agua, y están comprando todos esos campos. Vienen estos grandes, hacen perforaciones y con bombas extraen agua en grandes cantidades destinada al riego de la soja, inclusive algunos ganados dentro de feed lot".
Por ra.moc.oohay@70oiggamrm para la moc.liamg@aldoibaicnega