Biodiversidad, sustento y culturas #91
En todo el continente conocido como América los pueblos y sus comunidades luchan contra el despojo, el desprecio y la devastación. Del norte helado de Alaska y Canadá hasta la Patagonia, las resistencias se multiplican contra agronegocios, monocultivos, industrias extractivas, acaparamiento de tierras, agrotóxicos y megaproyectos.
Contra los esquemas de agricultura por contrato, las “cadenas de valor” y la sujeción de agricultores a corporaciones, contra la propiedad intelectual y el desvío de poder promovido por los tratados de libre comercio e inversión. Hoy esa lucha sigue y se hace urgente fortalecerla con el poder creciente de la derecha continental. Desde el fondo de los tiempos, las luces se mantienen y se pasan de corazón a corazón. Biodiversidad abre espacio para que estas luches puedan florecer.
Contenidos
Descargue la revista completa: Biodiversidad 91 / 2017-1
Editorial
Colombia: Quieren “gazificar” la paz
Cultivando desastres: las principales compañías del mundo van por la cosecha
Doce razones contra los tratados de libre comercio
Emergen del fondo de la historia. Represión al pueblo mapuche en Chubut, en Argentina
Palma aceitera como política de Estado en Centroamérica
SOS pueblo shuar. Los hijos de las cascadas sagradas desplazados por una empresa minera
Todos somos Acción Ecológica
Ataques, políticas, resistencia, relatos
Editorial
En la foto vemos a un grupo de niñas y niños de una comunidad en resistencia. Los vemos jugar ante la cámara, pero no es porque la cámara provoque el juego pero sí es la cámara la que los incita a hacer público ese juego, su cotidianidad en la fiesta del maíz que se celebra en San Isidro, Jalisco, como parte de una lucha que lleva unos setenta años.
Años en que siguen intentando que les regresen tierras muy fértiles, en un micro-clima milagroso, que les arrebató un empresario local y que le vendió injustamente a una mega corporación internacional (AmWay). La empresa que ahí lleva el nombre de Nutri-Lite decidió quedarse y asumir su papel de invasora. Y sigue ahí.
La historia evoca tantos agravios que reverberan en todo el continente y provocan la resistencia ininterrumpida de miles de comunidades y los pueblos que las configuran, desde Tierra de Fuego a la Patagonia. Esa lucha ocurre y sigue ocurriendo desde antes de la conquista, la recrudeció la invasión europea y los gobiernos actuales la extreman por el ánimo exterminador que vuelve a campear en sus ocultas intenciones.
Mueren entonces defensoras y defensores de los derechos y de los territorios, del agua y la tierra, de la biodiversidad y la vida.
La institución Estados Unidos, autoproclamada desde hace unos 200 años líder mundial, patriarca vigilante de los hechos de su familia, encarnación de los “valores” de una seudo-democracia que no es sino atropello con la cara lavada y una serie de normas para predar y despojar más a fondo y con más margen de maniobra a los pueblos, acaba de elegir a un nuevo presidente que llega a los escenarios públicos a manotear, a ejercer violencia verbal, a querellar al planeta en su conjunto, con altisonancia y malos tratos, cual si fuera el marido enloquecido de soberbia que maltrata e impone a como sea su voluntad, estableciendo su poder mediante la burla, la agresión, la amenaza y el desprecio, la violación.
Sea quien sea el que esté en el poder, sean cuales sean las previsiones de corporaciones y gobiernos coludidos para lucrar (hoy que hasta los gobiernos se privatizan desfondando los últimos hilos de legitimidad de muchos Estados), los pueblos siguen ahí. En medio de la oscuridad que se tiende sobre el mundo, los pueblos son una luz, un entendimiento de lo que ocurre en mitad de la noche, de lo insondable. John Berger, entrañable persona que buscó entender estos procesos lo dijo así pocos meses antes de morir: “La esperanza tiene un corazón generoso: y por eso puede nacer como respuesta justo cuando todo parece perdido, en plena oscuridad. Una respuesta hecha en la oscuridad, ¿a qué?, no estoy seguro que podamos saberlo. Vivimos tiempos oscuros pero tal vez se nos olvida que muchas otras épocas han sido oscuras, lo cual no ha extinguido todas las luces. Las luces continúan”.
Hoy los pueblos siguen resistiendo, reivindicando su estar y ser en el mundo y muestran con su entereza lo que podemos hacer desde nuestros ámbitos rurales y urbanos para seguir adelante. Biodiversidad, nuestra revista, está presente para entretejer todo lo que piensan, sienten, sueñan y luchan las comunidades rurales y urbanas y se ofrece como un espacio para reunir las luces que vamos reivindicando, que siempre estaremos recobrando. Biodiversidad
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