Biodiversidad, sustento y culturas #60
"La crisis hizo crisis, o para decirlo de otro modo, el modelo general del capitalismo actual —con todos sus instrumentos de control y regulación— hizo crisis. Está en crisis. Que haya hecho crisis no significa que llegó a su fin. El capitalismo se reorganiza con las crisis y éstas le dan oportunidad de hacer más negocios, de volver a hacer ganancias, de idear nuevos remiendos tecnológicos para reactivar sus conceptos y sus laboratorios, produciendo así nuevos procesos industriales..."
La fotografía muestra a Rosario Cutuguan que con orgullo auténtico nos brinda desde Ecuador los frutos surgidos de su tierra. En esa misma fotografía uno adivina la dignidad de su familia y su comunidad, y entiende que la resistencia es algo basado en su historia, su experiencia y su decisión.
Para quienes elaboramos Biodiversidad, sustento y culturas, la imagen nos recuerda también que en Ecuador ahora, como en toda América Latina,
se libra día con día la batalla de la legitimidad. Y en esa batalla, la sociedad civil ecuatoriana ha insistido siempre en que la legitimidad viene de la transparencia, del quehacer cotidiano respetuoso pero crítico (que no evade el debate y le otorga peso a la palabra), pero que no por eso ceja en su afán de una justicia verdadera. Por eso desde estas páginas respaldamos el continuado trabajo de Acción
Ecológica, su reflexión y pensamiento compartido, su mirada crítica y su trabajo de acompañamiento de los movimientos sociales del Ecuador y de América Latina. Y es que en esta época hace mucha falta la justicia.
La época es ésta, la de la nueva Gran Crisis.
En realidad una época donde se acumulan una crisis energética, una crisis alimentaria, una crisis financiera, una crisis económica general. También hacen crisis los sistema políticos. Y no son difíciles las confrontaciones. El mundo se calienta en muchos sentidos. Motines por comida, despidos masivos, miles de desalojados de sus casas por las deudas inmobiliarias, campamentos de desamparados en todo Estados Unidos.
La crisis hizo crisis, o para decirlo de otro modo, el modelo general del capitalismo actual —con todos sus instrumentos de control y regulación— hizo crisis. Está en crisis. Que haya hecho crisis no significa que llegó a su fin. El capitalismo se reorganiza con las crisis y éstas le dan oportunidad de hacer más negocios, de volver a hacer ganancias, de idear nuevos remiendos tecnológicos para reactivar sus conceptos y sus laboratorios, produciendo así nuevos procesos industriales. En paralelo, condiciones como las actuales propician legislaciones favorables a los intereses de las empresas mejor colocadas, y aseguran su control sobre más segmentos de los procesos clave, sobre todo la cadena alimenticia. Estas empresas buscan también un nuevo aseguramiento de la tierra, las semillas, las fuentes energéticas, las materias primas, el agua.
Por efecto de sus aparatos financieros que luchan todos contra todos, los países desarrollados ya sintieron los primeros coletazos del monstruo y tal vez su crisis parezca amainar conforme avanza el año, pero los países en desarrollo van a comenzar a sentir más los embates en cuanto las naciones más ricas dejen de invertir en el mundo en desarrollo o dejen de adquirir sus exportaciones.
El cambio climático comienza ser demasiado real y ya muchos países que son clave en producir grandes cantidades de alimentos sienten los embates de severas sequías. Tal vez quienes más lo resientan sean los pobres de las ciudades o la gente del ámbito rural atada a los círculos de la agricultura comercial, por magra que sea. China, India, pero también Argentina y Brasil, están sufriendo los efectos de tales sequías: caídas espectaculares en los rendimientos, merma enorme de las existencias y una dramática subida en los precios. Los grandes afectados son el trigo (alimento básico de muchos pueblos), pero también el maíz donde se siembra comercialmente.
Según un informe de la fao, “precipitaciones escasas y erráticas, altas temperaturas y precios relativamente altos en los insumos [muchos derivados de petroquímicos] han demorado las operaciones de cultivo y en algunos casos han evitado que se siembre del todo”, con lo que las pérdidas por la sequía están en un rango de entre 40 y 60%.
Por eso mismo, como lo ilustra el informe de grain que abre este número (ver página 3) los gobiernos y las empresas están desatados comprando o arrendando tierras en el extranjero para cultivar en ellas alimentos que habrán de sacar de los países “huéspedes” para llevarlos a sus propias poblaciones. Inician con ello una tendencia de desnacionalización de las tierras propias de cada país, sean privadas, sociales o gubernamentales, e inauguran la dislocación de las producciones de innumerables cultivos, con efectos poco entendibles hasta el momento. En esta privatización desde el extranjero, los gobiernos pueden presumir que su interés es la seguridad alimentaria de sus propias poblaciones, pero los grupos financieros van por el puro negocio.
Otra de las aristas en todo este enredo climático, energético, tecnológico, financiero, inmobiliario, alimentario, es el gran control que las compañías de semillas y agroquímicos siguen desarrollando sobre los cultivos comerciales mediante sus variedades diseñadas en laboratorio y que están patentadas. Un control logrado con base en sus contactos clave en los sistemas políticos nacionales, en las legislaciones que por todo el mundo se aprueban de país en país con los mismos lineamientos y previsiones. El caso del maíz transgénico y su implantación a la mala en México, es una historia de corrupción (ver página 11) pero también una historia de resistencia que vale la pena ser contada por la lucidez con que se le enfrentan las comunidades indígenas y campesinas —que desde siempre han valorado sus propias visiones, sus propios medios, sus propias experiencias, con perspectivas de larga duración y variadas estrategias cotidianas. Son comunidades indígenas tan lúcidas y antiguas como las que recorrieron Colombia en 2008 para reivindicar su historia, su identidad y su existencia digna en el mundo a través de la Minga de la Resistencia Social y Comunitaria, y que lograron echar abajo un estatuto rural que ponía en peligro su ancestral posesión comunitaria de la tierra, y fragilizaba su trabajo en pos de un merecido autogobierno (ver página 20).
Para entender todo esto y compartirlo es que existe Biodiversidad, sustento y culturas. Y para que, pese a las crisis desatadas, tengamos que pensar y sentir y contar y reflexionar y discutir en nuestros círculos de confianza y cariño —que son, desde siempre, vacunas conocidas contra la desesperación y la barbarie.
El miércoles 8 de abril murió nuestra amiga y compañera María Eugenia Jaque. María trabajó muchos años en la Fundación Böll y desde allí apoyó varias de las organizaciones que formamos parte de Biodiversidad, y la misma revista. María se caracterizó por tender puentes entre organizaciones y por establecer relaciones respetuosas, solidarias y de mucho compromiso. La recordaremos con cariño y trabajaremos para que sus semillas sigan dando frutos.
Biodiversidad
¡Se adueñan de la tierra! El nuevo acaparamiento agrario - Aquí en PDF
Juntas, las crisis alimentaria y financiera actuales dispararon un nuevo ciclo mundial de apropiación de tierras. Los gobiernos con “inseguridad alimentaria”, que dependen de importaciones para alimentar a su población, están arrebatando tierras agrícolas fuera de su país en las que pretenden producir alimentos propios. Las corporaciones alimentarias y los inversionistas privados, ávidos de ganancias en medio de la crisis financiera, ven la inversión en tierras agrícolas extranjeras como una importante y nueva fuente de lucro. Las tierras agrícolas fértiles se privatizan y se concentran más y más. De no poner coto a este proceso, el acaparamiento mundial de tierras puede significar en muchos sitios el fin de la agricultura en pequeña escala como medio de vida y sustento.
La contaminación legal del maíz en México - Aquí en PDF
Presentamos tres miradas al reciente anuncio gubernamental que levanta la moratoria a sembrar maíz transgénico en México. Reciclamos dos de los análisis publicados a principios de marzo, fecha del anuncio, porque los consideramos muy pertinentes para entender el momento. Como tercer elemento presentamos un recuento de la situación.
¿Volver ilegal la crítica que ejercen las ONG? - Aquí en PDF
El 2 de marzo, Caroline Chang Campos, ministra de Salud Pública de Ecuador, anunció que derogaba la personería jurídica de la ong Acción Ecológica, una organización insignia de la sociedad civil ecuatoriana, con veinte años de acompañar a las comunidades y pueblos.
Darle vuelo a la esperanza - Aquí en PDF
Primer triunfo de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria en Colombia.
Ataques, políticas, resistencia, relatos - Aquí en PDF
Declaración de Heredia - Clima, bosques y plantaciones, El doble discurso del carbono neutral, Arroz transgénico en Brasil, ¿Es peligrosa la nueva ley estadunidense hr 875?, El mito de las tierras marginales, Datos de la desaparición de las lenguas, ¡No al maíz transgénico!, Rechazo al Tratado de Libre Comercio con la UE, El malestar por la minería, Fiebre minera en territorio mapuche, y Efectos de la concentración del manejo de semillas,
El agua encarcelada - Aquí en PDF
De un vistazo y muchas aristas: Esta vez presentamos una panorámica de los impactos de las represas, sean de irrigación, hidroeléctricas o de almacenamiento de agua, sobre las regiones, las economías, la ecología y la vida de los millones de desplazados que han sufrido en carne propia decisiones de “desarrollo” tomadas en otro lugar y otros tiempos por personas ajenas a las que no les importa sino “el mayor bien común” —uno definido muy ambigua y tendenciosamente. Los fragmentos de comunicados, estudios, reportajes, informes y reflexiones provienen como siempre de muchas partes. No agotan un tema candente que podría llenar las páginas de varios números de Biodiversidad. Ésta es sólo una primera revisión, que ojalá les incite más búsquedas, uno de los objetivos de esta sección.
Nuevas tecnologías: modas, mentiras y peligros - Aquí en PDF
Por todos lados escuchamos noticias preocupantes sobre los distintos aspectos de la crisis: las finanzas, el clima, la salud, la escasez de alimentos y agua. Frente a ello, los gobiernos y empresas que propiciaron la crisis insisten en que la solución no está en cambiar radicalmente los modos de producción y consumo ni terminar con el acaparamiento de tierras, la injusticia social, o con la relación explotadora y contaminante con el ambiente y la naturaleza. Que lo necesario es promover remedios tecnológicos nuevos.
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