Syngenta y el Agronegocio no pueden alimentar a lxs argentinxs
Lxs productores familiares, campesinas y campesinos y pueblos originarios son quienes sostienen la alimentación de nuestro pueblo y lxs que pueden garantizar la Soberanía Alimentaria
“Sabemos que el modelo agroindustrial domina la producción y el desarrollo agrícola a nivel mundial en contra de la humanidad y de la madre tierra, en beneficio de los grandes grupos económicos. Estamos convencidos y convencidas de que, sobre la base de otro modelo, nuestro modelo agroecológico, se asienta la esperanza de la humanidad y el buen vivir con la madre tierra, en beneficio de la población, partiendo de las organizaciones de base y desde el impulso de los Estados Nacionales que se enfrentan al neoliberalismo y neocolonialismo”
Documento 0 del Foro Agrario
Desde El Foro por un Programa Agrario Soberano y Popular queremos expresar nuestro cuestionamiento a la propuesta de Syngenta de realizar una donación de un 1% de la producción agro alimentaria al Programa Alimentario pronto a implementarse y que ha sido presentado el día 7 de octubre.
Porque Syngenta junto a un puñado de corporaciones, entre las que se destaca también Bayer-Monsanto, es la responsable de la expulsión de miles de campesinas y campesinos a las grandes ciudades durante las últimas décadas y ellos son hoy uno de los principales sectores que padecen el crimen del hambre en la Argentina.
Por este motivo denunciamos que quienes son los principales responsables del hambre intenten “compensar” con una donación de un 1 % el daño que han producido.
Mucho más cuando la principal producción de la cadena que esas corporaciones representan son soja y maíz transgénicos, dos comodities agrícolas cultivados como forraje para animales y fumigados con millones de litros de agrotóxicos. Ya a comienzos de este siglo las organizaciones sociales rechazamos el plan “soja solidaria” que pretendía paliar el hambre existente en esos momentos y logramos que el mismo fuera desmantelado por ser una respuesta inadecuada desde el punto de vista nutricional.
También manifestamos nuestra preocupación por la participación en esta propuesta de la Coordinadora de Industrias de la Alimentación (Copal) que nuclea a la industria alimentaria más concentrada que comercializa en mayor medida ultraprocesados, también responsable de buena parte de los problemas nutricionales que sufre nuestro pueblo.
La propuesta para enfrentar el hambre debe ser avanzar en la justicia distributiva y en la emergencia actual recurrir a las producciones de campesinas y campesinos, agricultores familiares y pueblos originarios que son el principal sustento de la producción de alimentos para todas y todos los argentinos.
También consideramos fundamental la intervención del Estado en la comercialización de granos y carne, regulando la misma y generando las instancias necesarias para que las cadenas realicen los aportes impositivos progresivos necesarios para generar recursos genuinos para la implementación de políticas públicas orientadas a la producción de alimentos.
Como lo hemos manifestado claramente durante nuestro Foro los días 7 y 8 de mayo nuestra propuesta es desarrollar políticas públicas organizadas en tres EJES:
1. El desarrollo de un modelo productivo alternativo, no extractivista, sobre la base de la Soberanía Alimentaria y entendiendo a la Tierra como Hábitat y Territorio.
2. Políticas públicas especificas por sector, que a su vez se encuadran en la misma base que mencionamos anteriormente.
3. Una institucionalidad basada en un Estado planificador para garantizar la Soberanía Alimentaria de nuestro pueblo, con la articulación participativa y descentralizada entre el Estado, las organizaciones de productorxs y otras organizaciones del sistema agroalimentario y atendiendo particularmente a las reivindicaciones de los pueblos originarios, las mujeres y los jóvenes.
Comprometidos a seguir colaborando para terminar con el hambre en nuestro país nos ponemos a disposición para avanzar en estas acciones urgentes y en la implementación de las políticas necesarias para lograr las transformaciones estructurales que nuestro país necesita.