La producción local de alimentos demostró su capacidad de resistir, pero aún así los gobiernos se niegan a garantizar los derechos campesinos
El 17 de diciembre de 2020 se conmemora el segundo aniversario de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs campesinxs y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP, por sus siglas en inglés). Como La Vía Campesina consideramos que en este momento es necesario exigir a los gobiernos la urgente implementación de este instrumento esencial de derechos humanos mientras la humanidad se enfrenta a una de las crisis más graves de los últimos 50 años.
La producción local de alimentos demostró su capacidad de resistir en un año de pandemia,
pero aún así los gobiernos se niegan a garantizar los derechos campesinos
Es indispensable garantizar los derechos de lxs campesinxs y personas que trabajan en áreas rurales, no solo para paliar los impactos de la pandemia, sino para introducir cambios sistémicos que transformen la sociedad y prioricen la salud y el bienestar antes que las ganancias.
A medida que nos acercamos al final de un 2020 turbulento, muchos y muchas compartimos la esperanza de que 2021 sea un año mejor. Sin embargo, los brotes de contagio y la muy temida segunda ola que muchos países enfrentan actualmente no indican ningún retorno a la “normalidad” de los tiempos anteriores al COVID. El mundo requiere acción urgente, desde las bases hasta los Estados, para transformar y reconstruir un mundo con cientos de millones de vidas condenadas al hambre y la pobreza por la pandemia de coronavirus que se suman a más de mil millones que ya vivían en la pobreza.
A lo largo de los últimos diez difíciles meses, millones de personas perdieron sus puestos de trabajo mientras que los millonarios aumentaban sus ganancias a más de $10 billones, concentrando aún más la riqueza en las manos de unos pocos. La pandemia de COVID 19 ha expuesto en qué medida el neoliberalismo es incompatible con la humanidad y destructivo para la naturaleza. Este año hemos presenciado la paralización del sistema alimentario industrial, lo que interrumpió la producción y distribución global de alimentos. Millones de toneladas de cosechas se pudrieron en los campos. Innumerables cabezas de ganado fueron exterminadas para reducir las poblaciones de mataderos cerrados y grandes fincas industriales liberaron espacio para nuevos animales.
Cuando la pandemia comenzó, muchos países dependientes de importaciones se preocuparon por su seguridad alimentaria. Las corporaciones de agronegocio respondieron obligando a las y los trabajadores rurales migrantes a trabajar en condiciones de riesgo con mínima protección, poco acceso al sistema de salud y sin ningún cuidado por su bienestar. ¡Los gobiernos prohibieron mercados locales mientras que las cadenas de minoristas con dueños corporativos continuaban operando! ¿Qué es más irónico que las noticias de campesinos y campesinas obligados a tirar sus productos publicadas a la par de informes sobre el aumento del hambre y la desnutrición? En lugar de apoyar los sistemas agrícolas locales, los y las funcionarios públicos y legisladores escondieron sus cabezas en la arena, aumentaron los “paquetes de estímulo” para el sector privado e impusieron restricciones al movimiento, lo que incrementó la criminalización de campesinxs y las violaciones a los derechos humanos.
Ahora más que nunca se deben implementar y defender los principios de soberanía alimentaria. En pleno caos, han sido los sistemas agrícolas basados en la producción campesina agroecológica los que han demostrado su solidez y, más aún, se han convertido en un salvavidas para muchos y muchas. Nunca ha sido tan urgente como ahora la necesidad de construir sistemas alimentarios locales, diversos y agroecológicos. Para lograrlo, es esencial implementar reformas agrarias reales y defender las semillas nativas. En este aspecto, la Declaración de Derecho de lxs campesinxs (UNDROP) tiene un papel fundamental. Marca el camino hacia la Soberanía Alimentaria y construye un marco para la elaboración de políticas públicas diversas, capaces de adaptarse a cambios y arraigadas firmemente en los saberes, culturas y costumbres de las comunidades locales y su visión de Soberanía Alimentaria.
La Soberanía Alimentaria y la Agroecología Campesina son soluciones para las crisis convergentes que la humanidad enfrenta. La UNDROP ofrece un camino claro, basado en derechos, hacia la construcción y el fortalecimiento de la Soberanía Alimentaria, y un claro distanciamiento de los sistemas alimentarios basados en el mercado y la destrucción ambiental, la contaminación y el consumo en excesivo.
Como La Vía Campesina, creemos que ninguna transformación sistémica es posible sin reconocer y proteger a nivel local los derechos de aquellos que son el corazón de los sistemas alimentarios: lxs campesinxs pescadorxs, los pueblos originarios, las comunidades pastoras, lxs habitantes de los bosques y trabajadorxs agrícolas, al igual que lxs consumidorxs en las ciudades y zonas rurales.
Es por esto que los gobiernos deben garantizar la implementación de la UNDROP en todos los niveles como un instrumento esencial para la defensa y promoción de los derechos laborales y humanos.
La Vía Campesina llama a sus organizaciones miembros y aliados a perseverar en la lucha por la adopción y la implementación de la UNDROP en sus regiones. Será solo desde y con nuestras voces que podremos construir el cambio que necesitamos para que se respeten nuestros derechos; como el derecho a participación en la toma de decisiones, el acceso a la salud, el acceso a los mercados, un ingreso justo, etc., derechos que se vieron duramente afectados durante la pandemia.
Los gobiernos difícilmente defenderán estos derechos a partir de su propia voluntad política, por eso debemos continuar la lucha unitaria como campesinxs para educar y movilizar a nuestros pueblos en torno a la UNDROP. Nuestros esfuerzos mancomunados y solidaridad como campesinado es la plataforma desde la cual sobreviviremos la pandemia en conjunto. Los derechos consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs campesinxs y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales serán nuestra guía.
LA VÍA CAMPESINA
Por solicitudes de prensa escribir a gro.anisepmacaiv@bewcvl
Fuente: La Vía Campesina