Declaración de los Derechos de lxs Campesinxs es presentada ante la Asamblea General de la ONU – ¡Al campo con derechos!
“No hay ciudadano libre y sano sin campesinxs libres: nuestras libertades y derechos son requisitos previos del derecho a la alimentación, la justicia social y la democracia para toda la humanidad. Esta Declaración proporcionará un marco universal de derechos humanos a todos los esfuerzos e iniciativas que nosotros, lxs campesinxs de todo el mundo, llevamos a cabo para alimentar a nuestras comunidades de manera localmente adaptada y sostenible, mostrando gran resistencia, inventiva y perseverancia".
La “Declaración de la ONU sobre los derechos de lxs campesinxs y otras personas que trabajan en las zonas rurales” fue presentada en la sede de la ONU ante la Tercera Comisión de la Asamblea General el pasado 25 de octubre. Esto es el resultado de un proceso de casi dos décadas de consultas y negociaciones lideradas por millones de campesinxs de La Vía Campesina, junto con pastores, pescadores artesanales, trabajadores agrícolas y organizaciones de pueblos indígenas, con el apoyo del CETIM y FIAN Internacional. La Declaración, si se acepta, puede garantizar que la comunidad internacional reconozca y proteja mejor los derechos de las poblaciones rurales.
En la actualidad, lxs campesinxs sufren de hambre y pobreza a un nivel desproporcionado**. Se estima que de los 821 millones de personas que padecen hambre en el mundo (cifra de la ONU en 2018), el 80% vive en zonas rurales. Estas personas son particularmente vulnerables y discriminadas, sufren expulsiones forzosas y carecen de acceso a recursos esenciales: tierra, semillas, préstamos, educación, justicia y servicios básicos. Tienen un acceso y control desiguales sobre la tierra, los recursos genéticos y otros recursos naturales; sufren de un acceso restringido a los mercados y a los medios de producción para asegurar un sustento decente y se les imponen constantemente políticas agrícolas sesgadas a favor de los agricultores de élite y de la agricultura industrial. Sin embargo, en promedio, los pequeños productores de alimentos aportan el 70% de los alimentos del mundo, cifra que se eleva a más del 80% en los llamados países en desarrollo. Los pequeños productores de alimentos también desempeñan un papel decisivo en la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad.
“No hay ciudadano libre y sano sin campesinxs libres: nuestras libertades y derechos son requisitos previos del derecho a la alimentación, la justicia social y la democracia para toda la humanidad. Esta Declaración proporcionará un marco universal de derechos humanos a todos los esfuerzos e iniciativas que nosotros, lxs campesinxs de todo el mundo, llevamos a cabo para alimentar a nuestras comunidades de manera localmente adaptada y sostenible, mostrando gran resistencia, inventiva y perseverancia. Para nosotrxs, es una fuente vital de legitimidad ya que reconoce, de manera única y coherente, nuestra existencia, nuestras especificidades, nuestros valores, pero también nuestro papel para lograr la soberanía alimentaria, fomentar el desarrollo rural y sostener la vida humana en la Tierra. Pedimos el más amplio apoyo a la Declaración, ya que reúne y globaliza las protecciones básicas vitales para nuestra continuación y nuestro desarrollo en un mundo tan cambiante como el actual. “ Vincent Delobel, un pastor de cabras orgánicas de Bélgica y también miembro de La Vía Campesina.
La gran mayoría de los ciudadanos apoyan la Declaración. El Comité Económico y Social Europeo ha mostrado su apoyo, y el Parlamento Europeo votó una resolución en la que pedía a los Estados de la UE que apoyaran el proyecto. El 2 de octubre, en Francia, el Comité Consultivo Nacional de Derechos Humanos instó al Gobierno francés, en una opinión consultiva, a respaldar el texto. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) también ha expresado su apoyo a la Declaración, al igual que el antiguo ponente sobre el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, y su sucesor, Hilal Elver.
El pasado 28 de septiembre, en el Palacio de las Naciones, sede del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, 33 Estados miembros votaron a favor y 3 en contra (Australia, Hungría y el Reino Unido) de la adopción de la Declaración, mientras que 11 de ellos se abstuvieron.
En aras de la coherencia con los Acuerdos de París sobre el clima, el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 (en particular el Objetivo 2 de erradicar el hambre), el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar y los compromisos anunciados por la diplomacia europea para construir un mundo más justo y sostenible, nuestros gobiernos deben tener el valor de tomar la decisión correcta y de votar clara y unánimemente a favor de la Declaración.
Recordemos que, aunque las declaraciones no sean vinculantes, la existencia de un instrumento de este tipo es un reconocimiento claro y simbólico del papel fundamental de los pequeños productores de alimentos en todo el mundo que trabajan duro para ganarse la vida y alimentar a la población y animar a las comunidades rurales. El mundo necesita esta Declaración para fomentar sistemas alimentarios sostenibles en todo el planeta y hacer que el mundo sea más seguro.
Notas para los editores:
*La “Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales” se presentará en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tras un último grupo de trabajo intergubernamental en abril de 2018 y un amplio voto afirmativo en el Consejo de Derechos Humanos el 28 de septiembre, el Presidente-Relator de la Misión de Bolivia en Ginebra, Sr. Ruddy José Flores Monterrey, presentó la resolución a favor de este nuevo instrumento destinado a reunir, especificar y exponer los derechos de los campesinos y otros trabajadores agrícolas, mujeres y hombres.
**Estudio final del Consejo Asesor de Derechos Humanos de la ONU, 2012
Fuente y fotos: La Vía Campesina