COP16.2: necesitamos un cambio de sistema para un financiamiento justo de la biodiversidad

Las negociaciones de la COP16 del Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica se estancaron en 2024 en Colombia debido a problemas financieros sin resolver. Se reanudan en la COP16.2 de Roma, Italia, del 25 al 27 de febrero de 2025, donde las discusiones se centran en cuestiones financieras, particularmente la creación de un nuevo fondo para garantizar una distribución justa de los recursos disponibles, especialmente para los países que más los necesitan.

Estas cuestiones son urgentes, ya que los mecanismos financieros que existen actualmente para los países en desarrollo son profundamente injustos. Actualmente, el financiamiento lo gestiona el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, que favorece a los países que ofrecen grandes sumas de cofinanciamiento. Como resultado, muchos países no pueden acceder a estos fondos. Además, los compromisos financieros asumidos en la COP15 se quedan cortos con respecto a lo que se necesita para afrontar la crisis de la biodiversidad, y para peor, los países desarrollados ni siquiera están cumpliendo con esas promesas ya de por sí insuficientes  1.

Sin embargo, estas cuestiones son sólo una parte pequeña de los problemas financieros sistémicos más profundos que agudizan la pérdida de biodiversidad. Hay que afrontar urgentemente estos problemas si el mundo quiere tener alguna esperanza de combatir la crisis de la biodiversidad.

Los flujos financieros y las dependencias son causas subyacentes de la pérdida de la biodiversidad

Los bancos tienen un papel clave en la pérdida de la biodiversidad. Desde 2015, han proporcionado más de 395.000 millones de dólares en créditos a industrias sumamente extractivas como la carne, el aceite de palma, la pulpa de celulosa y el papel, el caucho, la soja y la madera en regiones vulnerables por la deforestación  2. Estos fondos han potenciado aún más las inversiones en estos sectores destructivos. A nivel colectivo, se calcula que las industrias impulsadas por el lucro como la minería, el petróleo y el gas, la silvicultura y la agricultura industrial generan hasta un 90 % de la pérdida de biodiversidad en todo el mundo  3.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que las inversiones anuales en actividades que destruyen la naturaleza, incluidas aquellas que contribuyen al cambio climático, ascienden a los 7 billones de dólares, explica Nele Marien, coordinadora del programa bosques y biodiversidad de ATI  4. Se incluyen aquí 1,7 billones de dólares en subsidios dañinos proporcionados por los gobiernos  5.

Según el plan estratégico anterior del Convenio sobre la Diversidad Biológica, los países se habían comprometido a eliminar estos subsidios antes del año 2020, 6 pero claramente no han cumplido con su palabra.

Los países en desarrollo están atrapados en ciclos abusivos de deuda y exportaciones

Muchos países en desarrollo, incluso aunque quisieran hacerle frente a los agentes clave de la pérdida de la biodiversidad, carecen de los medios financieros para hacerlo.  A través de altos niveles de endeudamiento quedan sin recursos para invertir en la conservación de la biodiversidad. 7 Estos países están  atrapados en relaciones de dependencia económica con exportaciones de productos que degradan la biodiversidad, y dependen de los dólares que generan estas actividades que destruyen la naturaleza. Enfrentan las presiones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para implementar políticas que incentivan a los sectores destructivos, mientras se abstienen de aplicar normativas ambientales a pesar de los compromisos asumidos a nivel internacional para proteger a la biodiversidad. Dos ejemplos son Argentina, que depende de las exportaciones de soja y la República Democrática del Congo, que depende de la minería.

Se lucra con la pérdida de biodiversidad

Los intereses financieros no sólo contribuyen significativamente a la pérdida de biodiversidad, sino que encuentran cada vez más formas de obtener ganancias a través de esta crisis ambiental. La llamada “brecha de financiamiento en materia de biodiversidad” se pretende combatir a través del uso de financiamiento privado. Sin embargo, este financiamiento es insuficiente -hasta el momento sólo se han recaudado 5000 millones de dólares- y viene acompañado de condiciones: es poco probable que las empresas que “inviertan” en biodiversidad tengan que rendir cuentas por los impactos que tienen sus actividades sobre la biodiversidad e incluso sus inversiones pueden estar basadas en la destrucción de la biodiversidad.

La propuesta de  compensar la biodiversidad y generar bonos para salvar esta brecha es particularmente perversa. Todos los fondos generados a partir de la compensación surgen de la destrucción de biodiversidad en otra parte. De hecho, una compensación implica que se destruya una parte de un ecosistema valioso y que luego se “compense” mediante la restauración o la conservación en otra parte. El dinero que se vierte a las compensaciones no puede denominarse “inversión en biodiversidad” ya que surge de la necesidad de compensar la destrucción.  Además, la compensación usualmente es de menor calidad que el ecosistema original  8. Un efecto secundario adicional de esta falsa solución es que gran parte del financiamiento para la biodiversidad disponible se vierte en instituciones establecidas para los esquemas de compensación y la medición de puntos de referencia. Ninguno de ellos contribuye de forma real a la protección de la biodiversidad.

El sector financiero prevé además obtener ganancias a partir de los bonos verdes (que alcanzaron alrededor de 1 billón de dólares en inversiones en 2024  9), por ejemplo. Muchos bonos verdes corren un gran riesgo de ser “maquillados de verde” 10 y proporcionan más beneficios al inversor que a la biodiversidad misma  11.

Las soluciones

Se necesita un  cambio de sistema fundamental para salvaguardar la biodiversidad, comenzando por la reforma del sistema financiero. Según Nele Marien,

El mundo exige  fuertes reglamentaciones para impedir que el sector financiero apoye actividades perjudiciales. Esto es parte de la  reglamentación multilateral de los sectores económicos para la protección de la biodiversidad que se necesita. Al mismo tiempo se deben abordar las deudas y dependencias económicas de los países en desarrollo y se les debe permitir invertir en la conservación de la biodiversidad. Los subsidios perjudiciales deben eliminarse en todas partes.

Los limitados fondos disponibles que existen para la biodiversidad deben dirigirse hacia acciones reales en los territorios. Los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales (PICL) son los más eficaces para implementar la  conservación de la biodiversidad, pero son quienes reciben menos apoyo financiero  12. Básicamente no existe ningún mecanismo para garantizar que estos fondos les lleguen directamente. Esto tiene como resultado presiones económicas que a menudo los obligan a hacer acuerdos perjudiciales con las grandes empresas que amenazan sus territorios o a aceptar fondos de compensaciones por la destrucción en otros lugares. Deben establecerse mecanismos para asignar directamente partes sustanciales del financiamiento de la biodiversidad a los PICL. Esto es clave para potenciar su capacidad de proteger la biodiversidad y es un acto de justicia fundamental.

Notas:

  1. Phoebe Weston, « The World needs 700 billion a year to restore nature but where is the money coming from«, The Guardian, 30/10/2024.  ↩︎
  2. Forest and Finance,  Banking on biodiversity collapse report, 2024.  ↩︎
  3. Bruno Oberle et al., “ Panorama de los recursos globales 2019: Recursos naturales para el futuro que queremos”, Panel Internacional de Recursos, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2019 (Ingles).  ↩︎
  4. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,  Estado de la Financiación para la Naturaleza 2023 Un giro radical hacia la naturaleza – Redirigiendo $7 billones para combatir la pérdida de recursos naturales, Nairobi, Kenya, 2023.  ↩︎
  5. Ídem  ↩︎
  6. Meta de Aichi 3 del Plan Estratégico Mundial 2010-2020 del CDB .  ↩︎
  7. Dempsey, J., Bigger, P., Christiansen, J., Muchhala, B., Nelson, S., Schuldt, A., & DiSilvestro, A.,  Biodiversity targets will not be met without debt and tax justice, Nature Ecology & Evolution, 6(3), 237-239, 2022.  ↩︎
  8. Si bien en teoría los bonos de biodiversidad podrían establecerse sin funcionar como compensaciones, no es lo que sucede en la práctica.  ↩︎
  9. What are green bonds and why is this market growing so fast?, World Economic Forum, November 2024.  ↩︎
  10. Xianwang Shi et al.Green bonds: Green investments or greenwashing?, International Review of Financial Analysis, Volume 90, 2023, 102850.  ↩︎
  11. Mona A. ElBannan, Gunter Löffler,  How effectively do green bonds help the environment?, Journal of Banking & Finance, Volume 158, 2024.  ↩︎
  12. Torbjørn Gjefsen,  Indigenous people get less than 1% of climate funding? It’s actually worse (commentary), Mongabay, Nov 2021.  ↩︎

Contacto media: Olivia RONSAIN: olivia@foei.org; +33 6 222 821 08

Fuente: Amigos de la Tierra Internacional

Temas: Crisis climática

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