Balance 2020

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El 2020 ha sido un año singular, pues ha significado el confinamiento del mundo debido a una pandemia, creándose el escenario ideal para que los estados y las empresas expandan sus intereses.

- Foto tomada del sitio web El Reportero.

El agronegocio no ha sido la excepción, y es así como hemos presenciado que en distintos países de América Latina se ha impuesto, o al menos, se ha tratado de imponer leyes y políticas que fortalecen la expansión de los monocultivos transgénicos, la aprobación de nuevos agrotóxicos cada vez más peligrosos y la expansión de la ganadería a gran escala (que se alimentan con piensos transgénicos).

Mientras en Cuba se aprueba la siembra de semillas transgénicas, teniéndose ya la primera cosecha de maíz, en Bolivia se amplía los transgénicos que pueden ser sembrado en suelo boliviano, y en Brasil se han aprobado agrotóxicos prohibidos en los países donde se producen.

Como ha sucedido en otras áreas económicos (por ejemplo en lo laboral), se ha iniciado una ola de flexibilización de las normas que regulan la aprobación de nuevos transgénicos y plaguicidas, o por lo menos se han hecho propuestas de flexibilización. También hay propuestas de armonización de normativas, con "países con sistemas regulatorios sólidos", que justamente son los que han aprobado una gran cantidad de eventos transgénicos y ampliado muchísimo su frontera transgénica.

La lógica de estos cambios es que, si bien los marcos regulatorios tienen muchas similitudes en el tipo de información requerida (expresión de nuevas sustancias, análisis de potencial alergénico o tóxico, análisis composicional, impactos en el perfil nutricional), hay algunas diferencias que contribuye a la complejidad del proceso de evaluación de riesgos, alargándolo y aumentando los costos, lo que no es conveniente para la industria.

La expansión del agronegocio ha venido acompañada de la mano del fuerte incremento de la deforestación, la sustitución de cultivos alimenticios, pero sobre todo, de los incendios forestales. Este no ha sido sólo un año de pandemias, ha sido también un año en el que se han incrementado los incendios forestales y en humedales. El principal propósito de estos incendios es la expansión de la soja transgénica, la ganadería y otros monocultivos. El cambio climático ha exacerbado los impactos generados por los incendios.

La soya es el principal insumo de la industria cárnica, y las principales exportaciones están destinadas a la China y la Unión Europea, y la industria de la carne es responsable de la generación de nuevas enfermedades virales, que se transforman en pandemias a través del comercio internacional de commodities. Este círculo vicioso se ha fortalecido en el 2020.

Aunque no está claro cómo el COVID-19 se transformó en pandemia, la industria de la carne juega un papel relevante. Sin embargo, es una industria que planea seguir expandiéndose, como lo demuestra la intención de China de colocar granjas porcícolas en Argentina y México. Las exportaciones de commodities agrícolas latinoamericanas para servir a esta industria, han crecido este año, siendo sus principales destinos China y La Unión Europea

Otro aspecto importante es la emergencia de vacunas que utilizan la tecnología de ARN recombinante, en la que los países de la región invertirán ingentes cantidades de dinero, el mismo que podría usarse en programas de salud pública tan necesarias en la región. La idea de que "ya viene la vacuna" está creando en la población una falsa sensación de seguridad, sin saber siquiera si van a funcionar.

Pero no todo ha sido malas noticias este año, puesto que a pesar de todo, hay una sociedad organizada. En Colombia, Perú y Guatemala las organizaciones trabajan por prohibiciones y moratorias a los cultivos transgénicos, y en otros países de la región hay oposición a su expansión. En Argentina ante la aprobación del trigo transgénico, las organizaciones exclaman airadas, ¡No con nuestro pan. La pandemia no ha parado las protestas en contra este modelo que genera destrucción ambiental y que vulnera los derechos de los seres humanos y la naturaleza. Se ha fortalecido la agroecología y las iniciativas colectivas para enfrentar la pandemia.

No sabemos que nos traerá el año 2021, pero esperamos que las enseñanzas del 2020 nos sirvan para continuar con la defensa de la soberanía alimentaria, la producción campesina, y para continuar nuestra lucha por una América Latina Libre de Transgénicos y Agrotóxicos.

Fuente:   Red Por una América Latina Libre de Transgénicos (RALLT)

Temas: Crisis capitalista / Alternativas de los pueblos

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