Venezuela rechazará uso de agrocombustibles
Venezuela dejará sentada ante el mundo su oposición a la utilización de alimentos agrícolas, como el maíz, por ejemplo, para la producción de combustibles, explicó el director para el estado Sucre del Ministerio del Ambiente, Rubén Aparicio
Venezuela dejará sentada ante el mundo su oposición a la utilización de alimentos agrícolas, como el maíz, por ejemplo, para la producción de combustibles, explicó el director para el estado Sucre del Ministerio del Ambiente, Rubén Aparicio, quien representa al país en evento “Los biocombustibles como fuerza motriz del desarrollo sustentable”, que comenzó ayer en Sao Paolo (Brasil) y culminará el próximo sábado 22 de noviembre.
El biólogo explicó que es “difícil de aceptar y concretar” que se sustituya la gasolina por etanol derivado del maíz, o gasoil sacado de la soya, porque para conseguir una unidad de estos químicos se requiere procesos industriales que emiten dióxido de carbono a la atmósfera.
Criticó que algunos países patrocinantes de los agrocombustibles, como Estados Unidos y Brasil, pretendan sembrar maíz en grandes extensiones de tierra para usarlo como combustible, cuando en el mundo hay millones de personas que padecen hambre.
“Este proyecto implica la desforestación de cientos de kilómetros cuadrados de selvas amazónicas para sembrar maíz. Ello contribuye con el recalentamiento terrestre, porque las selvas son los principales aportadores de oxígeno”. Esta metodología va en contra de la nueva Ley de Bosques y Gestión Forestal, aprobada recientemente por el Ejecutivo nacional, en el cual el país refuerza su visión ambiental y de protección de las cuencas.
Indicó que los agrocombustibles son, en realidad, un negocio redondo para Estados Unidos y Brasil, por ser ambos países los principales productores de maíz, caña de azúcar y soya del mundo.
“En Estados Unidos se calculan que hay 700 vehículos por cada mil habitantes, por lo que satisfacer los vehículos norteamericanos es dejar de alimentarnos”.
Aclaró que Venezuela se opone a los agrocombustibles, pero no rechaza el resto de los biocombustibles que no afectan al ecosistema ni a los seres humanos, como las bioalgas, cuya utilización no afectará al medio ambiente. Otra opción es la energía eólica:
“Vamos a estudiar la intensidad de los vientos en la península de Araya. Si todo resulta bien, podemos instalar turbinas como en el norte de Europa y aprovechar la energía producida en electricidad para la entidad, o para lo que se necesite”.