Uruguay: pura y cristalina
La última reforma constitucional fijó el abastecimiento de agua potable como la primera prioridad para el uso de los recursos hídricos
Si buscamos en las últimas décadas, comprobaremos que no existen antecedentes de lo ocurrido en el suministro público de agua potable de Montevideo, desde el pasado 22 de noviembre. Nunca tantos usuarios recibieron un agua con tan elevado grado de turbiedad. Las autoridades de OSE de inmediato le restaron importancia y públicamente tranquilizaron a la población diciendo que en 24 o 48 horas el problema desaparecería. En muchas zonas de la capital recién después del décimo día, el agua comenzó a presentar un descenso notorio de su color marrón.
Se pretendió justificar el incidente con el argumento de picos de consumo por los días de calor que hicieron. Sin embargo, desde hace años el servicio que OSE suministrado a la población siempre enfrentó con elogiable profesionalidad y anticipación a los eventuales imprevistos que se presentaban, como por ejemplo el explosivo nivel de consumo. Razón por la cual lo vivido en estos días es para todos una muy desagradable novedad.
También dijeron que se podía consumir sin problema alguno, aunque es evidente que un agua con esa coloración bajo ningún concepto puede considerarse potable. Lo dice el sentido común pero también el conocimiento técnico.
Ante un hecho tan irregular, la Comisión Directiva de la Sección Uruguaya de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Aidis) realizó el pasado 29 de noviembre un pronunciamiento técnico. Recordemos que Aidis es una organización civil, sin fines de lucro, que desde 1948 nuclea a las principales instituciones de profesionales y estudiantes de las Américas dedicadas a la preservación ambiental, a la salud y al saneamiento. Cuenta con más de 30 mil asociados provenientes de 32 países. Nadie puede discutir su idoneidad técnica en la materia.
Dicho esto queremos destacar algunos puntos de su pronunciamiento a la opinión pública.
Confirman que no existe antecedentes en la historia última de la Ingeniería Sanitaria del país de un episodio de esta magnitud, tanto en duración como en afectación geográfica.
Afirman que el agua turbia que se suministró por más de diez días no puede considerarse potable, pues la aparición de turbiedad es un parámetro que descalifica la calidad del agua potable.
Reivindica la larga experiencia profesional acumulada en el manejo del sistema de Montevideo, por lo cual los ingenieros de Aidis, consideran injustificable lo sucedido, solo pudiéndolo explicar por negligencia en la ejecución de los planes de mantenimiento de la red, o por la realización de maniobras incorrectas en el manejo.
Están en curso las investigaciones del caso. Habrá que esperar los resultados con un poco de paciencia, porque lo importante es que el sistema falló de manera severa, algo que no puede volver a ocurrir. No es necesario enfatizar que fueron innumerables las molestias y los contratiempos padecidos por los usuarios que pagan el servicio. Lo paradójico es que durante tantos días, todos pagamos esa agua marrón a precio de agua potable y de calidad.
De hecho, el incremento del 40% en las ventas de aguas envasadas que se registró, prueba que la infeliz situación tuvo un costo económico adicional para un muy elevado número de familias, y que muchas más no pudieron acceder a agua potable embotellada, sencillamente porque no disponían del dinero. Y qué decir de los múltiples perjuicios padecidos por sectores como el de la salud, la industria y los servicios —hotelería, restoranes, etc. Ocurrió lo que nadie pensaba que podría suceder.
El agua marrón suministrada por OSE durante muchos días, deja planteada una gran interrogante acerca de las fortalezas y fragilidades del sistema.