¿Un cártel regional de agrocombustibles?
Así lo propuso un funcionario del Mercosur. La propuesta tiene el respaldo de Brasil y la corporación agroindustrial. Más tierras para producir combustibles y menos para alimentos
La producción de agrocombustibles ya está instalada en la región, y va a ser difícil que haya vuelta atrás. Brasil hace treinta años la definió como política de Estado, y se convirtió en el mayor exportador mundial de etanol. Argentina ha sancionado una ley de promoción de la producción de combustibles a partir de sus vastos recursos agrícolas. Lo mismo sucede con Paraguay, Uruguay y los demás países sudamericanos, a excepción de Venezuela. Producir combustibles a partir de los alimentos, parece ser la cuestión.
En esta línea de pensamiento, el presidente de los representantes permanentes del Mercado Común del Sur (Mercosur), Carlos “Chacho” Alvarez, va a proponer a los miembros del bloque comercial la creación de un organismo supranacional sobre agrocombustibles, con la idea puesta en lograr que sus cinco miembros aprovechen las ventajas comparativas y la experiencia brasileña.
Según informaciones reproducidas por la prensa rioplatense, la iniciativa buscaría alcanzar una instancia que ayudase “a potenciar esta ventaja competitiva y comparativa que tienen hoy los países del Mercosur en materia de energías alternativas”, dijo Chacho Alvarez.
Los agrocombustibles, biocombustibles o combustibles biológicos son recursos energéticos obtenidos a partir del procesamiento de cierta producción agrícola. Brasil produce etanol (un alcohol que puede mezclarse con la nafta o gasolina y que también puede reemplazarla para el uso en motores) a partir de la caña de azúcar, mientras que Estados Unidos lo destila a partir del maíz. Argentina tiene un gran potencial para producir biodiésel (que reemplaza al combustible diésel o gasoil) a partir de las oleaginosas, básicamente la soja.
Alvarez piensa sumar a esa iniciativa a "los cinco países del Mercosur", es decir a los cuatro fundadores (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y a Venezuela (en proceso de adhesión), pese a las críticas del presidente Hugo Chávez a los biocombustibles, que a sus ojos amenazan con reducir la producción de alimentos.
"Todos los países (del Mercosur) están planteándose alternativas (energéticas). Brasil tiene una tecnología muy desarrollada (en el campo de los biocombustibles), entonces podemos ver cómo podemos trabajar juntos esa ventaja competitiva, e incluso cómo vincularla juntos a la seguridad alimentaria", afirmó Alvarez.
Se trataría de conformar una especie de cártel de productores de agrocombustibles en la región. La propuesta del argentino tuvo su apoyo en el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, quienes coincidieron en un encuentro en San Pablo.
"Pueden llorar, pueden pelear, pueden contestar, pueden contar mentiras contra Brasil, pueden inventar lo que quieran. Será inexorable. En los próximos veinte años, los biocombustibles serán una realidad en el planeta Tierra", aseguró Lula, quien agregó que los biocombustibles son "la forma más eficaz, más prudente, económica y ambientalmente más correcta, y la más correcta para la distribución de riqueza y de renta".
Además de Brasilia, la corporación agroindustrial apoya esta iniciativa. Las multinacionales dedicadas al agronegocio, los terratenientes, los medios financiados por ellos, hace tiempo que iniciaron el proceso de lobby para que más tierras produzcan combustibles para los automóviles y menos sean dedicadas a la alimentación humana.
La pregunta que se hacen los especialistas es ¿si todavía existe abundante petróleo, para qué reemplazarlo por un sustituto más caro y cuyas consecuencias sobre los hábitos alimenticios de las personas aún desconocemos? Business are business.