“Transgénicos antítesis de la agricultura ecológica y también de la convencional”

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"Josep Pàmies, está actualmente en medio de un proceso judicial como consecuencia de unas acciones en las que participó, como miembro de Assemblea Pagesa, en 2003 contra los campos experimentales de Syngenta y la proliferación de cultivos de transgénicos en Cataluña, y ha concedido esta entrevista a Ecoalimenta"

Josep Pàmies es un campesino catalán que apostó hace años por la agricultura ecológica, pero como él mismo aclara, no quiere “entrar en la rueda burocrática que representa ser reconocido oficialmente como agricultor ecológico”. Cree que las tasas por inspecciones y controles las deberían pagar los agricultores y ganaderos convencionales, y no cree en la certificación ni pública ni privada, pero sí en “una relación directa y de proximidad entre agricultor y consumidor”, que reivindica que esté obligada por ley como en Italia. Pàmies está actualmente en medio de un proceso judicial como consecuencia de unas acciones en las que participó, como miembro de Assemblea Pagesa, en 2003 contra los campos experimentales de Syngenta y la proliferación de cultivos de transgénicos en Cataluña, y ha concedido esta entrevista a Ecoalimenta.

Usted es agricultor convencional pero milita activamente en la defensa de la agricultura ecológica. ¿Por qué no hace ecológica?

No tengo intención a corto plazo (y a largo me quedan seis para la jubilación) de entrar en la rueda burocrática que representa ser reconocido oficialmente como agricultor ecológico. Esto quiere decir que como campesino convencional no realice pasos (de hecho los estoy haciendo) hacia unos cultivos cada día más ecológicos. Creo que la agricultura ecológica es la única con futuro, por cuestiones mediambientales, sociales y de salud humana. Y también creo que desde las trincheras de la agricultura convencional podré hacer más trabajo en pro de la agricultura ecológica, contribuyendo a acercar estos dos mundos ahora tan opuestos.

¿Qué pasó el día en que participaba en una acción contra los transgénicos por la cuál se le procesa en un juicio actualmente?

Participando en una convocatoria internacional de Vía Campesina, el 13 de septiembre de 2003, después de segar simbólicamente un campo experimental ilegal de maíz transgénico de Syngenta, en Alcoletge (Lleida), nos concentramos delante de la Delegación del Gobierno español en Lleida, para denunciar este este campo experimental y a la vez denunciar también el cultivo masivo del maíz BT 176 (variedad Compa) de Syngenta en Cataluña, que está prohibido en Estados Unidos por provocar resistencias a antibióticos en humanos. Aprovechando un despiste del guardia civil de la puerta nos colamos trece miembros de la Assemblea Pagesa (Asamblea Campesina) y de Ecologistas en Acción dentro del edificio, materializando un encierro sin ninguna violencia, hasta la llegada del Subsecretario, a quien entregamos un escrito con las revindicaciones citadas, firmado por trece personas. Más de un año después de estas acciones tengo noticias de una denuncia por parte del guardia civil de la entrada, alegando agresiones que le provocaron una baja por invalidez en la mano derecha y la imposibilidad de continuar la carrera militar, por lo cuál me piden cuatro años de cárcel y 50.000 euros de indemnización. Creo que se trata de un montaje político para reprimir al movimiento antitransgénico, al mismo tiempo estimulado por el hecho que el guardia civil, en caso de poder justificar una agresión, disfrutará de doble paga de jubilación por invalidez permanente (el agente tiene unos 40 años), y podrá trabajar en cualquier otro puesto de trabajo sin incompatibilidad.

Dicen algunos que es usted el José Bové español …

Para ganar una batalla como la de los transgénicos hace falta algo más que un José Bové español. Por desgracia, la sociedad actual necesita líderes para todo, sociales, políticos, del mundo del ocio incluso… que lideren a las “manadas” de humanos. Pero los grandes cambios sólo se puede aspirar a llevarlos a cabo con la implicación de mucha gente. No podemos lavar nuestras conciencias apoyando solamente moralmente a nuestros líderes. Yo soy simplemente un campesino indignado por el angaño al que la pseudociencia agraria me ha sometido durante muchos años de mi vida, haciéndome creer que pesticidas, funguicidas, herbicidas, hormonas y antibióticos eran parte del progreso de la Humanidad. Descubrir este engaño a mi edad (59años) me motiva para hacer todo los que haga falta para volver a dejar la tierra a mis hijos y nietos al menos como la dejó mi padre. No puedo creer en esta ciencia corrupta que sólo piensa en el máximo beneficio y a costa de lo que sea. Los transgénicos pueden ser el final del círculo de cominnacióin de la Humanidad, y a tal propósito hacen falta acciones decididas y fuertes, y sobre todo mucha implicación de toda la sociedad.

Defender la agricultura ecológica pasa por estar en contra de los organismos modificados genéticamente o transgénicos?

Los transgénicos son la antítesi de la agricultura ecológica y también de la convencional. La historia ya empezó con las semillas híbridas, y las semillas transgénicas no son más que el máximo exponente de la dominación de unas pocas empresas sobre la libertad de reproducir nosotros mismos nuestras semillas. La pérdida de diversidad y de soberanía alimentaria que esto implica es tan grave que requerirá respuestas muy duras si queremos parar los pies a “la Bestia”.

¿Qué otras agresiones o enemigos cree que tiene la agricultura y la producción ecológica?

Que reproducimos en el ámbito ecológico la actual comercialización dominada por la demanda a través de unas pocas multinacionales de distribución. Con los medios actuales, Internet, buenas comunicaciones, etc., podemos conseguir una venta más directa de nuestros productos o podemos estimular la creación de cooperativas de consumo, o podemos exigir, al menos, a las instituciones públicas (colegios, hospitales, residencias de la tercera edad, universidades, etc) que compren directamente a los campesinos ecológicos de proximidad, como sucede en Italia, donde por ley es obligatorio este consumo responsable. La investigación pública está secuestrada por los intereses de la Agroindustria y como consecuencia falta una especialidad universitaria de agroecología.

Usted es activista de Assemblea Pagesa. ¿En qué se diferencia esta entidad de otras organizaciones agrarias?

Assemble Pagesa no es una organización corporativa y representativa del sector agrario, es una organización abierta a cualquier persona que quiera implicarse en mejorar socialmente los entornos rurales y en conseguir una mejora de la alimentación humana como base de una sociedad llena de salud.

Como productor, si quisiera pasar definitivamente a la producción ecológica, ¿utilizaría certificación privada si la hubiera o preferiría trabajar con el Consejo Regulador público (CCPAE, en Cataluña)?

Personalmente estoy en contra de cualquier certificación ecológica pública o privada. Creo que es la relación directa con el consumidor la que ha de dar las garantías suficientes de calidad del producto. Considero que es una vergüenza que los campesinos ecológicos, además de hacer un producto libre de residuos antinaturales, tengan que pagar unas inspecciones y certificaciones. Si han de existir estos controles, creo que tendrían que estar en el destino, a pie del mercado o en la tienda, y ser muy rigurosos en las sanciones y en publicitar las infracciones. Y si fuera el caso, quien debería de pagar las certificaciones previas tendrían que ser los agricultores y ganaderos convencionales.

¿Qué opina de las campañas que está llevando a cabo el MAPA (Ministerio de Agricultura) para promocionar la agricultura ecológica?

Pura demagogia. Por un lado se llenan la boca de agricultura ecológica y por la otra permiten los cultivos transgénicos y penalizan con servicios públicos de certificación, que de públicos sólo tienen el nombre.

Entrevista de Txell Centeno, concedida a portal Eco Alimenta

Baserri Bizia, Internet, 3-5-10

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