TLC calienta los ánimos en Costa Rica
Veintidós meses después de haber sido negociado entre Centroamérica y Estados Unidos, el tratado de libre comercio (TLC) fue enviado el viernes 22 de octubre a la Asamblea Legislativa por el presidente Abel Pacheco
Tras resistir intensas presiones de los grupos económicos más poderosos del país y sus partidos políticos, Pacheco decidió quitarse la brasa de encima, y trasladar la discusión a la Asamblea Legislativa, donde contaría con los votos necesarios para ser aprobado, pero el asunto no será solamente de votos.
Las cámaras empresariales de inmediato aplaudieron la decisión de Pacheco, con el argumento de que el TLC abrirá enormes oportunidades de "empleo e inversiones", así como el incremento de las exportaciones. Los empresarios abogan por una rápida ratificación, porque "el tiempo apremia", según palabras del presidente de la Unión de Cámaras, Samuel Yankelewitz.
Sin embargo, el asunto no pinta tan sencillo. En la acera del enfrente los grupos sociales advirtieron que harán todo lo posible por evitar la ratificación del tratado, unos abogando por una profunda discusión en el Congreso y fuera de él, otros haciendo sonar los tambores de guerra y amenazando con "propiciar el más profundo y extendido Referéndum de la Calle, jamás presenciado en la historia nacional".
El analista y politólogo Luis Guillermo Solís señaló que el envío del TLC a la Asamblea Legislativa "es una encrucijada a la que llega el país y creo que es una encrucijada que lo polariza".
Solís abogó por una extensa e intensa discusión en el parlamento del tratado, en el que puedan participar todos los sectores y que el país se logre empapar sobre lo que realmente entraña la ratificación del TLC.
"Hay que tomar en cuenta que el tratado se llega a discutir teniendo un trasfondo de inequidad, exclusión e injusticia social en el país que viene desde hace muchos años, que hay un enojo ciudadano, y por eso es necesario tomar las previsiones del caso para evitar que esa discusión se vaya a producir en un marco de excesiva turbulencia social", señaló Solís a Informa-tico.com.
Evitar el atropello
Aunque el TLC tendría los votos necesarios en la Asamblea Legislativa para ser aprobado rápidamente, quienes se oponen al mismo advierten que si el mismo trata de ser ratificado de manera atropellada, eso sería echar más leña a la hoguera de a confrontación social que se avizora en el país desde hace varios años.
"Que llegue el TLC a la Asamblea es un trámite normal que no nos asusta, lo que si preocupa es que algunos diputados están interesados en darle un trámite atropellado, cuando lo que se debe dar es una discusión pausada", advirtió el diputado y candidato presidencial de la Unión Patriótica (UP), Humberto Arce, quien rechaza el tratado negociado.
Por su parte, Luis Guillermo Solís indicó que "creo que es muy necesario que se aclare de parte de las autoridades tanto de la Asamblea como del presidente de la Comisión, que en efecto su empeño será garantizar que la discusión parlamentaria sea de buena calidad. Además no basta con invocar al foro legislativo como el foro idóneo para discutir el tratado. También tiene que discutirse en otras partes, incluida la calle. Y se debe garantizar que esa discusión puede realizarse de manera pacífica. A mi me preocupa mucho que se produzcan enfrentamientos en la calle, que puedan complicar mucho el clima de discusión del TLC y de la propia campaña política. Reiteradamente he señalado mi preocupación porque el envío del tratado a la asamblea se haga en medio de la campaña electoral, y las posibles consecuencias que puedan producirse. Me parece que es inevitable que la discusión se politice en ese marco".
Solís indicó que la discusión del TLC tiene que venir aparejada con la agenda complementaria, que incluye el fortalecimiento y modernización del ICE, la ley de seguros y una agenda nacional de desarrollo. "Esta es, en última instancia lo más importante de todo ese paquete. Y mientras eso no se resuelva, el TLC seguirá siendo una amenaza inmensa para la paz social y para la paz institucional del país, sin lugar a dudas".
Empresarios prepotentes y autistas
No obstante, Solís dice que por ahora no ve voluntad de parte de los sectores del gran capital costarricense y sus representantes políticos, los más relevantes Oscar Arias y Otto Guevara, para impulsar las transformaciones que el país requiere, a fin de evitar que el TLC se convierta en un instrumento que ensanche la brecha social del país.
Solís indicó que desafortunadamente el grupo que impulsa la aprobación del TLC es "el más arrogante y prepotente", entre los sectores que se encuentran enfrentados.
"El grupo más arrogante de todos es el que apoya el TLC. Yo no he visto en el movimiento social una actitud tan autista y tan prepotente como la que se trasluce en los grupos que favorecen el TLC, que lo ven como la única opción, como una opción inevitable, y como una imbatible acción de poder y desarrollo".
"A mi me parece que si alguien ha marcado un tono exagerado en la retórica ha sido el grupo favorecedor del TLC, apoyado en una campaña multimillonaria", que desarrolla por los medios de comunicación, agregó Solís.
Tambores de guerra en la ANEP
En el polo opuesto a Yankelwitz y los ex negociadores Anabel González y Alberto Trejos, promotores de la campaña multimillonaria del denominado grupo Por Costa Rica, que nadie sabe a ciencia cierta quién financia, se encuentran los sindicatos del sector público, que el mismo viernes advirtieron que el envío del TLC a la Asamblea encauza al país "hacia la confrontación social completamente abierta y de alta intensidad. Los mecanismos para el más profundo y extendido Referéndum de la Calle van hacia su activación social", señaló un comunicado de la Asociación Nacional de Empleados Públicos emitido el fin de semana.
En declaraciones a Informa-tico.com, Albino Vargas dijo que el presidente Pacheco decidió finalmente enviar el tratado al Congreso por tres razones.
"La primera por las presiones del gobierno de los Estados Unidos, que a nosotros nos constan, porque de la misma Casa Presidencial reconoce que han existido, y yo se que el presidente Abel Pacheco lo ha reconocido en privado", dijo Vargas.
El dirigente de ANEP indicó que Pacheco fue amenazado con "la des-certificación de los puertos costarricenses como entidades seguras contra el terrorismo y dos, con bajarle al país la calificación de sus bonos de su deuda interna y de los riesgos de inversión. Eso lo reconocen".
"También influyó el entorno creado por la gigantesca campaña millonaria a favor del
TLC, que por cierto aun se desconoce de dónde salen esos dineros. Una campaña que ha tenido dos tonalidades: una de agresión sicológica a la población y otra si se quiere de terrorismo ideológico. Y tercero, creo el presidente Pacheco se cansó de resistir con esa brasa a la par. Pero, el se la jugo durante 20 meses, y decide tirarle la bola al parlamento. Y creo que el se convenció de que ese TLC así como quedó no es lo mejor para el país", agregó Vargas.
Vargas afirmó que "del parlamento no esperamos absolutamente nada. No confiamos en este parlamento. Hay algunos diputados de gran decoro, que todavía creen en el Estado Social de derecho, pero pensamos que lo que nosotros llamamos la Alianza de Negocios Grupo PLUSC, tiene asegurada, en estos momentos, la aprobación. Entonces, nuestra apuesta es la movilización ciudadana en ascenso.
"Aquí se vale todo", dice Albino Vargas
¿Qué significa esa movilización ciudadana en ascenso? Además, ustedes hablan de todas las formas de lucha, ¿que significa eso?, le preguntó Informa-tico.com. Vargas respondió:
"Esta es una lucha histórica trascendental, en donde las formas de lucha tradicional se deberán combinar con otras formas de lucha. El paro y la huelga no van a bastar por si solas, y entonces yo no se si el plano de lo civil se van a plantear otras formas de lucha".
"Vamos a llegar hasta donde la imaginación nos de. Todo se vale en este momento, porque el gran capital también dijo que todo se valía. El capital amarró la Constitución para que su candidato preferido pudiese volver a la presidencia. El capital se salió de la legalidad y nosotros también podríamos apostar por esa posibilidad", afirmó Vargas.
Vargas anunció "una insubordinación civil de tal nivel y tal calibre, en medio de unas tensiones sociales de gran intensidad, que pudieran amenazar toda la institucionalidad del país, por lo que la salida sería llegar a un gran acuerdo de país".
Vargas dijo que "la ANEP cree en un pacto social, tenemos elementos suficientes, propuestas, pero creemos que la oligarquía financiera del TLC no desea discutir un ápice de su visión de desarrollo".
El dirigente de los empleados públicos señaló que los próximos meses serán "agitados, tensos, con un lenguaje verbal altamente confrontativo, con un país ante una polarización total, incluso a nivel de prensa. Además, nosotros sabemos que hay gente que quiere violencia, del otro lado de la acera".
Sobre esa polarización, Luis Guillermo Solís señaló que "yo prefiero, en materia de vida en democracia, evitar esos excesos verbales. Yo creo que no conviene al país estar haciendo anuncios de enfrentamientos en abstracto. Uno tiene que estar disponible para la discusión serena, responsable, firme, del TLC, pero me parece que un lenguaje exacerbado no contribuye a crear las condiciones necesarias para que eso se realice en un marco de respeto y pluralismo. Y eso vale para cualquier otro grupo favorable para el TLC, que frente a esas declaraciones también ha tenido declaraciones similares pero provenientes del otro lado".