Sólo España defiende los transgénicos en la UE
El Estado español continúa con su política a favor de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Esta vez ha intentado bloquear una investigación que pretende esclarecer sus impactos socioeconómicos
Ante una opinión pública europea crecientemente contraria a los transgénicos, el Gobierno español reafirma su postura permisiva con este tipo de cultivos.
Los grupos antitransgénicos hicieron público a final de 2008 que los representantes españoles en la Unión Europea intentaron bloquear una iniciativa para investigar los impactos socioeconómicos que producen dichos cultivos.
Documentos filtrados de la Comisión Europea demuestran que “el único país europeo que cultiva transgénicos a gran escala no quiere que se evalúen sus impactos”, según denunciaron Amigos de la Tierra, Greenpeace y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
La Unión Europea, a iniciativa de la Presidencia francesa, está revisando el proceso para evaluar los riesgos de la introducción de cultivos y alimentos transgénicos. En el seno de estas discusiones, el Gobierno español intentó bloquear la evaluación de los riesgos socioeconómicos.
Finalmente, los representantes españoles no consiguieron frenar la iniciativa. De hecho, el Gobierno tuvo que aceptar la investigación, además de un paquete de medidas aprobadas por el Consejo europeo “en las que se enfatiza la necesidad de mejorar las investigaciones y los estudios sobre los peligros para el medio ambiente del cultivo o el uso de los OMG con la participación de científicos independientes”, según informaron las organizaciones antitransgénicos a finales de diciembre.
No más autorizaciones
La COAG, Greenpeace, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Plataforma Rural, celebraron esta decisión en un comunicado de prensa en el que “exigen a las autoridades comunitarias que se suspendan todas las autorizaciones de nuevos transgénicos en Europa hasta que la Comisión europea y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) no apliquen correctamente estas nuevas medidas”. De los 27 Estados miembro de la Unión, el español es el único que produce cultivos transgénicos de forma masiva. De hecho, menos del 2% de la superficie total del maíz cultivado en la UE está modificado genéticamente, y cinco países han prohibido ya la producción de este maíz, según datos de la campaña por la defensa de la biodiversidad y la soberanía alimentaria Semillas de Identidad. Francia, por ejemplo, que era el país con un mayor aumento de superficie cultivada con maíz transgénico en 2007, prohibió su cultivo en 2008.
Sin embargo, el Gobierno español, en el que hay cargos políticos vinculados a la industria de los transgénicos, como comenta un representante de Amigos de la Tierra, presiona para que la UE no profundice en los posibles inconvenientes del cultivo de transgénicos. Y la producción en el Estado suma y sigue, con más de 80.000 hectáreas de maíz transgénico que invade los campos de cultivo, como denuncian las organizaciones ecologistas.