Soja transgénica: ¿nueva aftosa para la Argentina?
Discriminación de productos genéticamente modificados afecta a la oleaginosa
Escribe Juan Ignacio Aguirre Gerente coordinador de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y afines de Córdoba
Hay que señalar la importancia que para la Argentina representa, la discriminación que a partir de mayo anuncia el Tokyo Grain Exchange para operaciones a futuro con la incorporación de sojas no genéticamente modificadas y las sí genéticamente modificadas y las diferenciación entre ambas fundamentalmente en lo que respecta a cotizaciones de un tipo u otro.
Por otra parte dice la información, en que dada la falta de aceptación por parte de los consumidores debido al descrédito de los materiales genéticamente modificados, y los riesgos jurídicos y financieros que se corren, según un informe del Instituto World-watch la superficie a sembrar con este tipo de materiales se reducirá en 25%.
¿Ahora bien, qué ocurre en la Argentina con este tema? Tengo trato permanente con los comercios expendedores de semillas y agroquímicos en todo el territorio de esta provincia y es un tema importante en las conversaciones que mantengo con los mismos, quienes por su función son los asesores naturales de los productores agropecuarios a los que venden este tipo de insumos y ejercen docencia al tenerlos al tanto de todas las novedades que se van produciendo en estos rubros. Puedo entonces afirmar, sin temor a equivocarme que existe desorientación (en el sentido textual de la palabra: carecen de orientación) sobre el tema y que no saben cómo encararlo, ya que la soja transgénica ha tenido una aceptación tal, que la superficie sembrada con este material es de 95% o más, y el resto es con materiales convencionales, por lo que los productores se resisten a volver a sembrar semillas de este último tipo, amen de la diferencia de costos que representa su implementación.
A principios de siglo se produjo una situación parecida ante la negativa de los países compradores a comprar carne argentina por la fiebre aftosa que afectaba a sus rodeos.
El gobierno argentino decidió combatir el mal con vacunas, que en la práctica resultaban inocuas, y que significó una gran pérdida de dinero para los productores y para el propio gobierno, ya que se perdieron mercados y hubo un diferencial de precios con otros países libres del flagelo. Por la misma época Estados Unidos combatió la Aftosa con el Rifle Sanitario, matando los animales que contraían el mal, enterrándolos con una capa de cal encima e indemnizando a los productores dueños del ganado, erradicando el mal en pocos años. Nosotros después de casi 100 años pudimos hacerlo. La diferencia de procedimiento entre un gobierno y otro es obvia. Evidentemente la Argentina tomó el rumbo equivocado en ese caso, en aquel momento. En estos momentos las características son similares entre el principio del problema de la aftosa y el actual con la soja transgénica. Hace falta una definición concreta de parte del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Berhongaray quien debería decir cuál será la posición de la Argentina al respecto: si seguimos como hasta ahora sembrando prácticamente únicamente soja transgénica, con el consiguiente riesgo de tener países compradores únicos, y además con posibilidades de reducción de los precios actuales en rangos que pueden ir de entre 15% a 40%, según la opinión de entendidos, (que puede afectar fuertemente la rentabilidad de los productores agropecuarios y la percepción de impuestos del propio gobierno, que surge por ser la soja el cultivo con mayor superficie sembrada en nuestro país).
La otra alternativa es comenzar lo antes posible una campaña de concientización de los productores e inducirlos a reducir la siembra de soja de este tipo e ir incrementando las superficies a sembrar con soja convencional y sacamos el título de país productor únicamente de soja transgénica como tenemos ahora.
Esta situación es en este momento una cuestión de Estado por su transcendencia hacia el futuro, de acuerdo a las determinaciones que hoy se tomen.
Diario Ambito Financiero, 13-3-00