Sin reforma agraria
La declaración final de la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria Integral, llevada a cabo en Ciudad de Guatemala, entre los día 10 y 11 octubre, constata la aplicación de las políticas neoliberales, el desmantelamiento del sector público agrícola, los procesos de apertura comercial en condiciones desventajosas para los pueblos, la represión contra los movimientos sociales, los desalojos y la re militarización de la sociedad, que han afectado a los guatemaltecos
A pesar de ello, señala que el movimiento indígena y campesino resurge, se fortalece, renueva sus estrategias y se opone abiertamente a esta situación.
Representantes de 66 organizaciones de 15 países reunidos en la Conferencia denuncian el despojo de sus tierras y el saqueo de los recursos naturales. Para ellos, Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y México constituyen ejemplos de lucha, organización y combatividad, enfrentan al neoliberalismo y denuncian sus efectos para la vida de la gente y el futuro de la democracia de los países.
Según la declaración las diferentes leyes y políticas que han determinado la vida de los países, han estado siempre en función de intereses determinados y han favorecido a reducidos sectores. Aunque en la actualidad los organismos internacionales planteen la existencia de cambios en la legislación y en las políticas, resulta evidente que ambas acciones son insuficientes para resolver la problemática estructural que origina desigualdad en el uso, tenencia y propiedad de la tierra, y más bien resulta en un refuncionamiento del sistema.
Además la globalización neoliberal ha excluido a los campesinos y campesinas, que amplía y profundiza la desigualdad económica y social y acrecienta la dependencia alimentaria, así como lesiona la dignidad y la cultura de los pueblos. "Esas crueles condiciones planificadas, financiadas e implementadas por los empresarios nacionales y extranjeros, nos exige moral y políticamente el impulso de una Reforma Agraria Integral, que transforme de raíz el actual sistema explotador, excluyente y racista", declaran.
Guatemala es el país más rural de América latina. El 54% de indígenas y campesinos vive y trabaja en pequeñas parcelas o minifundios, mientras un reducido grupo de terratenientes y empresarios mantiene en su poder grandes extensiones de tierra. El esfuerzo más genuino realizado por el gobierno y la sociedad guatemalteca por transformar esta situación, fue brutalmente truncado por la intervención imperialista en 1954, apoyado por los sectores más conservadores de terratenientes, religiosos y el ejército. Sus efectos todavía se resienten en el país.
"La Reforma Agraria Integral que planteamos tiene relación directa con la seguridad y soberanía alimentaria de nuestros pueblos, no es solamente un planteamiento político e ideológico, constituye una medida necesaria para resolver los problemas de hambre, pobreza y pobreza extrema en que vive la mayoría de la población".