Satélites espaciales vigilan la biodiversidad de Mesoamérica
Imágenes de gran detalle permitirán monitorear arrecifes de coral y manglares. Europeos evaluarán cambios en la región durante los últimos 35 años
La naturaleza de Mesoamérica ya tiene nuevos guardianes desde el espacio.
A partir de este mes satélites espaciales de Europa, en colaboración con otros instrumentos de Estados Unidos, Japón y Suramérica, monitorean los cambios en los arrecifes de coral, manglares y bosques para vigilar los daños y mejoras en la biodiversidad de Mesoamérica (de México a Costa Rica), y también de Panamá.
Esto es parte del programa Diversity , una iniciativa pionera de la Agencia Espacial Europea (ESA), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Comisión Centroamericana de Desarrollo (CCAD) y la Fundación Marviva.
Este proyecto se dio a conocer ayer en el hotel Herradura, en el 32.° Simposio Internacional de Sensores Remotos que se realiza esta semana en el país.
Diversity requiere de una inversión de 2,5 millones de euros, esto es, de unos ¢1.763 millones.
Tecnología al servicio. Diversity creará mapas e imágenes muy detallados del área continental y marina de la región. Estos servirán para tomar decisiones de protección ambiental.
Según coinciden los expertos Stephen Briggs, de ESA, y Mario Hernández, de Unesco, estos mapas ayudarán a determinar qué sitios naturales y patrimoniales están siendo devastados por la acción humana o por el cambio climático.
“La idea es que Diversity sea una herramienta que facilite la vigilancia de la biodiversidad y que contribuya a ver en qué se está avanzando y dónde se está fallando en materia de protección”, dijo Hernández.
Diversity pondrá especial atención en los arrecifes de coral del Pacífico y en los manglares de la región porque estos se han reducido drásticamente en los últimos años.
Además, el proyecto indagará cómo migran especies de aves, ballenas, tortugas y tiburones desde las islas Galápagos hasta Isla del Coco. Para ello se colocarán dispositivos de posicionamiento global (GPS) –de hasta $5.000– en algunos de estos animales salvajes.
“Esta información puede ser valiosísima para justificar la necesidad de crear el corredor marino del Pacífico este”, agrega Hernández.
El corredor garantizará el cuido la biodiversidad de Galápagos (Ecuador), de Isla del Coco (Costa Rica), Coiba (Panamá) y de las islas de Malpelo y Gorgona (Colombia).
¿Cómo? Los expertos europeos analizarán las imágenes existentes sobre Mesoamérica que se hicieron durante los últimos 35 años y las compararán con las nuevas que se tomarán de la zona.
El satélite europeo Envisat será uno de los encargados de actualizar esas fotografías en su paso, cada 16 días, por nuestras latitudes.
Las imágenes obtenidas por satélite no siempre logran retratar bien la superficie de la Tierra porque las nubes “estorban”. Por eso, se acudirá también a la tecnología láser. Esta permite enviar desde el espacio una señal láser (como una luz) que rebota al tocar tierra y se devuelve hacia el satélite.
Contabilizando el tiempo que tarda la señal láser en regresar al satélite, es posible estimar las distancias y el relieve de la superficie en estudio y así crear mapas tridimensionales más detallados.
Esos mapas (3D) son capaces incluso de revelar nuevos detalles de nuestra historia. Por ejemplo, en Alemania la tecnología láser sirvió para descubrir cómo bajo la foresta de un bosque terciario aún pueden detectarse las formas de los surcos agrícolas de la Edad Media.
“Científicos europeos serán quienes analicen y procesen todos los datos para que hagan recomendaciones a los países mesoamericanos. Expertos y universidades en cada país se incluirán en la recolección de datos”, dijo Hernández.
moc.noican@sagravela