Rechazo a política de fumigación de Plan Colombia fue ratificado en FSM
Un rotundo rechazo al glisofato, herbicida usado para la erradicación de cultivos de coca estipulados en el Plan Colombia, mostraron los participantes del seminario sobre la Lucha Contra las Drogas en América Latina que se realizó este miércoles en el contexto del VI Foro Social Mundial
El seminario fue convocado por la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL).
En el evento se puso de manifiesto como la nación vecina, a través del Plan Colombia, es víctima de la acción de los grandes capitales que operan en Estados Unidos y que persiguen imponer políticas de control hacia todo el sur del continente.
Así lo señaló la coordinadora regional de RAP-AL, Elsa Nivia, quien recordó que mediante ese programa, que acaba con todo tipo de cultivos, son afectados los pequeños productores y los indígenas mientras que, en su opinión, los narcotraficantes continúan su acción impunemente.
De acuerdo con Nivia, el glisofato es altamente contaminante y provoca la muerte de diversas especies de animales y plantas, por lo que afecta la biodiversidad.
Además, genera destrucción del tejido social y desplazamientos. Según la especialista, tres millones de colombianos entran en ese último renglón.
La ponente denunció que, gracias a una manipulación científica respaldada por la influencia del Gobierno estadounidense y con la complicidad de la administración colombiana, se encubren los verdaderos efectos nocivos del glisofato.
El llamado realizado durante el encuentro, realizado en el Colegio Universitario de Caracas, apuntó hacia la necesidad de testigos internacionales que den cuenta de que el problema del narcotráfico es el consumo y que ese punto no es atacado por los planes de las autoridades mundiales.
Entre las propuestas de RAP-AL figura solicitar el compromiso con las campañas por el No a las fumigaciones y que en su lugar se establezca la erradicación manual de los cultivos de coca.
Además, sugieren abrir discusiones sobre la posibilidad de legalizar la siembra de esta planta ya que, en opinión de la especialista, considerarlo como un delito es lo que justifica su alto costo.