Rastro de granos transgénicos presiona a agricultores españoles
Los agricultores orgánicos en España comenzaron a abandonar los cultivos de maíz al encontrar rastros de variedades genéticamente modificadas en sus cosechas, mostraron datos
La contaminación es leve, menos de un 1 por ciento, pero los grupos de defensa del medio ambiente y de agricultores orgánicos dicen que temen que haya mayores problemas en el futuro.
El maíz orgánico y el transgénico (GMO) se concentra en Aragón y Cataluña.
En el 2004, los agricultores plantaron 120 hectáreas de maíz orgánico en Aragón. Todas las muestras analizadas dieron positivo a rastros de granos transgénicos, por lo que el año siguiente fueron cosechadas apenas 37 hectáreas, según cifras del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE).
El 40 por ciento de la cosecha del 2005 tuvo rastros de GMO y este año los agricultores han plantado sólo 25 hectáreas de maíz orgánico, que ahora está siendo analizado.
El maíz convencional tiene que ser etiquetado como modificado genéticamente si en las muestras aparece que tiene más de un 0,9 por ciento de transgénico. Pero para una cosecha orgánica, el límite es cero, y la diferencia de precio, si pierde la etiqueta orgánica, es sustancial.
España es el país de la Unión Europea donde el maíz transgénico aumenta cada vez más. Ahora se permiten unas 46 variedades, según la Fundación Antama, que defiende las nuevas tecnologías aplicadas con la agricultura.
La Comisión Europea emitió unas directrices sobre cómo deben separar los agricultores las cosechas orgánicas, convencionales y biotecnológicas; pero en vez de intentar lograr una legislación europea, ha pedido a los 25 estados miembros que elaboren sus propios planes nacionales.
Algunos, como Alemania, Dinamarca e Italia ya tienen sus propios planes, pero otros como España y Francia están trabajando en ello.
Expansión de los GMO
Desde 1998, cuando fue autorizado en España por primera vez, el maíz transgénico ha llegado a 58.000 hectáreas, un 12 por ciento de todo este cereal es cultivado en España, mucho más que en ningún otro país de la UE. Su uso es para consumo animal.
Monsanto, un importante productor de semillas transgénicas, dijo que la contaminación es posible cuando los cultivos están juntos, pero que en España no se han detectado casos en los que el maíz no transgénico supere el límite del 0,9 por ciento de los GMO que, de acuerdo con las normas europeas, diferencia a unos cultivos de otros.
"Si el CAAE (el comité orgánico regional) decide imponer otras reglas, eso es un problema entre el productor y el comité," declaró Jaime Costa, director de Asuntos Regulatorios y Científicos de Monsanto en España.
Pero David Olmo, del CAAE, se quejó: "En Aragón se han descalificado producciones de maíz ecológico por presentar un 0,03 por ciento de transgenia, obligándoles a vender ese maíz al mercado convencional."