Proyecto perjudicará Amazonía boliviana
El gobierno brasileño, por intermedio del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA), autorizó la construcción de represas que traerán graves impactos ambientales y sociales para brasileños y bolivianos
El IBAMA aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la construcción de dos represas en el río Madera, río que ocupa el segundo lugar en el mundo por la riqueza de su ictiofauna y constituye el afluente más grande del Amazonas. Este proyecto desde hace tiempo, ha sido objeto de duras críticas, no sólo de los afectados por las numerosas represas del Brasil sino también de científicos de Bolivia y Brasil que han denunciado el riesgo de que se inunde territorio boliviano.
El Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE) denuncia que el objeto central de las críticas ha estado constituido por el EIA. Esto ha sido realizado por Furnas y Odebrecht, el consorcio de empresas brasileñas que impulsa los proyectos. Los términos de referencia del EIA elaborados por IBAMA especificaban como su objeto a las dos hidroeléctricas y a la línea de transmisión asociada. Sin embargo, el EIA resultó evaluando solo las dos hidroeléctricas, quedando lo referido a la línea de transmisión reducido a algunos párrafos y, según el propio EIA, el reconocimiento del corredor de 10 kilómetros de ancho por más de 1.400 kilômetros de largo previsto para conductores de 600 a 765 kv fue hecho en un solo sobrevuelo desde Porto Velho (Estado de Rondônia) hasta Cuiabá (Mato Grosso).
FOBOMADE afirma que el problema es aún mayor. Las dos represas y su línea de transmisión son en realidad parte de un proyecto más grande que incluye otras dos represas más: una en aguas compartidas entre Brasil y Bolivia, otra en el interior de la última, ambas a ser financiadas por los dos países; y una hidrovía de 4.000 km de largo que obligará a hacer grandes cambios en el sistema de ríos de la región para convertirlos en canales.
El problema mayor con la aceptación de la propuesta de Furnas es que se sienta un precedente al no respetar el principio de precaución. Una vez que las represas hayan sido construidas, la sociedad se encontrará ante un hecho consumado y por tanto será más fácil la obtención del permiso para la construcción de la línea de transmisión y luego del resto del proyecto.
Las consecuencias de las represas en el río Madera vendrán a sumarse al proceso que desde hace décadas viene destruyendo la Amazonía. La larga historia de las represas del Brasil hace previsible un impacto catastrófico en la fauna ictiológica. Estudios realizados por Furnas demuestran que en el primer año después de la construcción de la represa desaparece un 70% de las especies existentes de peces. Entre los peces condenados a la desaparición se encuentran especies aún no estudiadas. Se estima la existencia de 700 especies de peces en el río y la misma cantidad de aves en la región.
En Bolivia, dado que los suelos de la selva tropical no son aptos para la agricultura, esta se realiza en gran parte en las áreas que deja el río después de la época de lluvias.
Pero, con las represas ya no habrán más variaciones estacionales, esto significará para los bolivianos la pérdida de sus tierras de cultivo porque quedarán inundadas permanentemente.
Las represas implicarán por otra parte problemas geopolíticos. El 95% de las aguas de Bolivia se escurren a través del Madera. Las represas pondrán estas aguas bajo el control del Brasil, lo cual representa una perspectiva geopolítica inquietante. Brasil está reincidiendo en un acto sumamente peligroso para la región: el utilizar aguas de curso internacional sin consultar a las partes afectadas. Un precedente en ese sentido fue el represamiento del río Paraná sin consultar a la Argentina para la construcción de la represa de Itaipú.
"Volviendo a la cuestión de las represas, el tema ya ha adquirido una importante difusión en el Brasil y en otros países. En medio de esta situación resulta notoria la ausencia de la posición del gobierno boliviano respecto al problema. A pesar de las negativas del Brasil a responder a sus demandas de información, es hora de que el gobierno asuma acciones en el plano internacional", declara FOBOMADE.