Proyecto con transgénicos

Por ADITAL
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Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Perú son los países donde el Global Environment Facility (GEF) financiará un proyecto con cultivos transgénicos para la capacitación y construcción de capacidades en bioseguridad

Esto pondrá en gran peligro la integridad genética y cultural de la región. Según informaciones de la agencia Servindi, cuya fuente es el sitio en Internet www.ecoportal.net, el proyecto involucrará los cultivos de yuca, maíz, papa, algodón y arroz en Brasil; yuca, papa, maíz y algodón en Colombia, arroz en Costa Rica; maíz y algodón en México; y papa en Perú.

El maíz, la papa, el algodón y la yuca constituyen los cultivos muy importantes para las comunidades mesoamericanas, andinas y amazónicas, y tienen su centro de origen y diversidad en esta región. El arroz es también un cultivo de gran importancia regional, pues constituye parte de la dieta básica de esas comunidades, y existe una importante diversidad de variedades locales, desarrollada especialmente por comunidades indígenas y campesinas,

La introducción de variedades genéticamente modificadas de estos cultivos en la región, puede tener impactos socio económicos, culturales y sociales muy graves, especialmente entre las comunidades y pueblos indígenas y campesinos ligados a la biodiversidad.

Sin embargo, el Banco Mundial a través del GEF, ha financiado el proyecto Biosafety in Centers of Biodiversity: Building Technical Capacity in Latin America for Safe Deployment of Transgenic Crops. El paradigma del proyecto es fortalecer la capacidad técnica regional en países que son centros de origen de biodiversidad en la región Andina, Mesoamérica (y Brasil), usando cinco cultivos (yuca, algodón, maíz, papa y arroz) como modelos para desarrollar evaluaciones y gestión de riesgos, y metodologías de análisis costo beneficio para productos transgénicos nuevos, y maximizar la escala económica, por medio de explotar las ventajas comparativas en países participantes.

Este es un proyecto que crea las condiciones técnicas y administrativas para el ingreso comercial de estos cultivos en estos cinco países, y por lo mismo tendrá impactos muy negativos a nivel ambiental y en la biodiversidad regional, ya que a través del comercio de granos y semillas, del flujo de genes y de prácticas culturales, los cultivos convencionales, las variedades tradicionales y los parientes silvestres podrían contaminarse genéticamente. Adicionalmente habrá impactos culturales, sociales y económicos, especialmente para las comunidades indígenas y campesinas que manejan, conservan y usan esta biodiversidad.

Tanto la evaluación del riesgo como el análisis costo/beneficio han sido fuertemente cuestionados por su ineficiencia en predecir y prevenir los riesgos, mucho más aun cuando se trata de realidades tan complejas desde el punto de vista de la biodiversidad y de las poblaciones locales, como es el caso de los países y cultivos que se está analizando.

Finalmente el tercer componente del proyecto es trabajar en la concienciación pública y comunicación en bioseguridad, partiendo de la presunción que la información que tiene el público en relación con los organismos genéticamente modificados es alarmista y no está basada en la ciencia, y con este proyecto se pretende tener una visión equilibrada sobre los OGM. La intención es cambiar la percepción que sobre los transgénicos tienen los movimientos sociales de América Latina, especialmente de los países donde se va a implementar el proyecto.

Un resultado final de este proyecto puede ser que las comunidades campesinas e indígenas, se queden sin alternativas (pues sus semillas están contaminadas) y tengan que recurrir a semillas transgénicas patentadas, que pagar regalías, y aumentar su dependencia a las empresas transnacionales.

Adital, Internet, 28-6-06

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