Protesta en Argentina contra los transgénicos
En el Día del Consumidor, varios organismos reclamaron que las etiquetas adviertan qué alimentos son modificados genéticamente
"Tenemos derecho a saber de qué manera se hacen los alimentos que consumimos. No queremos ser ratas de laboratorio", clamó Jorge Rulli, de la Red Alerta sobre Transgénicos, en la esquina del Centro Cultural San Martín. Ayer, en el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, ecologistas y consumidores se unieron por primera vez para reclamar al Gobierno la implementación de un etiquetado que permita identificar los alimentos derivados de cultivos que en su origen fueron modificados genéticamente. La voz de los consumidores se hace oír cada vez más. En los últimos años, los reclamos y denuncias en organismos públicos se multiplicaron estrepitosamente: crecieron más del 600 por ciento en el Gobierno porteño y alrededor del 400 por ciento en la provincia de Buenos Aires. Servicios financieros, concesionarias de autos, tiempos compartidos, planes de ahorro, tarjetas de créditos, telefonía celular y medicina prepaga son los principales blancos de queja (ver aparte).
Ayer, el etiquetado de los alimentos transgénicos fue un reclamo generalizado en distintas partes del mundo. La organización Consumers International propuso este año que la celebración del Día Mundial del Consumidor esté focalizada en el debate sobre la ingeniería genética y el derecho a la información del ciudadano. Se teme que los alimentos transgénicos puedan afectar la salud y el medio ambiente. Alergias masivas y resistencia a los antibióticos son los principales riesgos conocidos hasta el momento. "Los consumidores no queremos ser ratas de laboratorio, exigimos saber qué comemos", coincidió Patricia Vaca Narvaja, en representación de los grupos de consumidores que ayer protagonizaron la manifestación en la esquina de Sarmiento y Paraná. Ecologistas y consumidores que simulaban ser ratas para la experimentación repartieron platos con la inscripción: "Alto transgénico: identifíquese, etiquetado ya".
La Red Alerta sobre Transgénicos integrada por Greenpeace y otras nueve organizaciones ambientalistas y el Foro de Asociaciones de Consumidores formado por las principales entidades del sector acordaron trabajar en conjunto por el respeto de los derechos a la seguridad, información y elección de los consumidores respecto de los alimentos derivados de cultivos transgénicos.
"La ausencia de etiquetado en esta clase de productos impide obtener la información suficiente y detallar sobre su naturaleza, que permita a la gente elegir consumirlos o no", objetó ante Página/12 Jorge Rulli, de la Red y señaló que General Pueyrredón está a punto de convertirse en el primer municipio del país que aprobará una ordenanza que obliga a rotular todo alimento transgénico que se comercialice en su territorio. En la Argentina están aprobados tres cultivos transgénicos: algodón, maíz, y soja. El 80 por ciento de la soja que se produce en el país es transgénica.
Según advirtieron ayer las organizaciones ecologistas y ambientalistas, "entre otros productos, los jugos de fruta y las golosinas que se comercializan aquí y contienen soja no poseen indicaciones respecto de su eventual alteración genética en sus ingredientes".
Por Mariana Carbajal
Página/12 - 16 de marzo 2000