Proponen eliminar el plaguicida lindano, utilizado en la agricultura
En la Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo, que prevé la eliminación de contaminantes orgánicos persistentes, realizada la semana pasada en Uruguay, se propuso que a la lista de "la docena sucia" se sumaran tres químicos más, entre ellos el plaguicida lindano, que se utiliza en la agricultura y ocasiona efectos nocivos a la salud y al medio ambiente
El convenio prevé la eliminación de nueve plaguicidas, dos productos químicos industriales y subproductos no deliberados -dioxinas y furanos-, que pueden producir daños al sistema nervioso e inmunológico, provocar cáncer y desórdenes reproductivos y perturbar el desarrollo normal de lactantes y niños.
Entre los resultados de la conferencia están la creación de un comité de revisión de contaminantes para que se encargue de evaluar los productos químicos que podrían incorporarse a los 12 previamente seleccionados por los países firmantes del convenio, sobre los cuales se establecerán mecanismos de eliminación.
En el encuentro, Noruega propuso el pirorretardante éter de pentabromodifenilo, México el lindano, la Unión Europea el plaguicida clodecona y el pirorretardante hexabromobifenil.
De acuerdo con información del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el encuentro se evaluó la situación del DDT, el cual seguirá utilizándose en algunos países para combatir el paludismo, y se reconoció que alrededor de 25 naciones necesitarán continuar con la práctica de pulverizar cantidades controladas de ese químico.
Se acordó que para una próxima conferencia se impulsará un conjunto de ambiciosas directrices internacionales para reducir las dioxinas y furanos, productos químicos cancerígenos que también representan graves riesgos a la salud de los seres humanos y las especies silvestres.
El PNUMA señaló que a diferencia de los otros 10 contaminantes orgánicos persistentes que incluye el convenio, las dioxinas y los furanos son subproductos no deseados y sin valor comercial, ya que se generan por la combustión incompleta en los incineradores, la quema de desechos, madera y otro tipo de biomasa, y otros procesos industriales.
El convenio reconoce que las tecnologías actuales dificultan un enfoque basado en emisiones cero de esos productos químicos y ya se han dedicado miles de millones de dólares a la investigación, la reconversión de incineradores y tecnologías más limpias.
La Jornada, México, 12-5-05