Polémica por la soja en Paraguay
El doble discurso de Don Nicanor
El presidente Nicanor Duarte Frutos lanzó duras críticas a los empresarios de la soja, los acusó de comprar elementos químicos en forma ilegal. Por detrás existía una sólida defensa y protección hacia las multinacionales del agronegocio.
Por momentos el presidente paraguayo pareció estar en contra de la producción sojera y acusó a los empresarios-productores de esos forrajes de contrabandistas. Sin embargo, una lectura más atenta desnudó la defensa de Duarte Frutos a las grandes multinacionales agrícolas.
"Ya no tenemos ciudadanos con ideales, sino individuos con intereses. Y una sociedad competitiva, casi de características darwinianas, donde el más fuerte va sobreviviendo, liquidando al más débil”, dijo el mandatario sobre los sojeros paraguayos.
“Hay empresarios, por ejemplo de la soja, que ni siquiera compran los elementos químicos en forma legal (…) traen insecticidas de China Continental de contrabando y envenenan nuestra tierra y a nuestro pueblo", indicó el titular del Poder Ejecutivo.
Si es que el jefe de Estado se refirió al caso de algunos sojeros que no cumplen con lo que corresponde, "estoy totalmente de acuerdo", expresó el presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), Jorge Heisecke, en total sintonía con el jefe de Estado. "Es más, se debería aplicar las multas y las penas carcelarias que están previstas para los que cometen las infracciones", agregó.
Paraguay es el sexto país productor de soja a nivel mundial, con 5 millones de toneladas, y el cuarto exportador con el 4 por ciento de la cuota de mercado internacional. La soja representa el 11,3 por ciento del Producto Bruto Interno (PIB); el 22,6 por ciento de las tierras cultivadas están ocupadas por sojales; el rubro que le sigue es el algodón, para el cual sólo se utiliza el 4,4 por ciento de las tierras.
Paraguay históricamente ha jugado el rol de proveedor de materia prima a las metrópolis. Hoy ya no es tanino y yerba mate, como lo fue hasta la primera mitad del siglo pasado, sino soja, algodón y ganadería extensiva. En el caso de la soja no es sólo un cambio de rubro, sino una nueva lógica de penetración capitalista.
A diferencia de otros países, en Paraguay casi el 42 por ciento de la población continúa siendo rural, por lo que los grandes sojales avanzan sobre poblaciones enteras; la utilización del glifosato no sólo ocasiona un daño directo al medio ambiente, sino que las fumigaciones se realizan –en muchos casos– directamente sobre las personas, a consecuencia de lo cual se han dado algunos casos de muerte, y cada vez con mayor frecuencia malformaciones y otros problemas de salud en comunidades campesinas.