Perú: reacción contra la biopiratería

Idioma Español
País Perú

Cerca de 500 productos basados sobre vegetales autóctonos de Perú están registrados en oficinas de patentes de Estados Unidos, Europa y Japón, y se sospecha que muchos se obtuvieron violando leyes peruanas de acceso a la biodiversidad y al conocimiento tradicional

La denuncia fue hecha por el peruano Santiago Roca, presidente del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual, en la primera reunión de autoridades de este sector de los ocho países amazónicos, celebrada en Río de Janeiro el jueves y este viernes.

Tales productos son derivados de solo siete plantas nativas de Perú, dijo Roca a IPS. Los datos resultan del estudio de una comisión creada por el gobierno para investigar los registros de patentes en las instituciones europeas, japonesas y estadounidenses.

El informe concluido en enero abre paso a una averiguación sobre la legalidad de esas solicitudes de patentes. Se investigará si los responsables cumplieron la legislación peruana de acceso a los recursos genéticos, que exige consentimiento previo y compensación a las comunidades poseedoras de conocimientos tradicionales sobre los que se basó el desarrollo de los productos, informó Roca.

La ley sobre el Régimen de Protección de los Conocimientos de los Pueblos Indígenas Vinculados a la Diversidad Biológica, de 2002, regula en Perú esas cuestiones, y ordena una remuneración por acceder al saber tradicional, que se destina a un fondo para distribuir entre las comunidades involucradas, explicó.

De los 500 productos, se elegirán dos o tres casos de infracciones legales comprobadas, para requerir la anulación de las patentes. Será un primer paso, cuyo éxito ”creará un precedente” que permitiría una ofensiva contra la biopiratería, adelantó Roca.

Los países de gran diversidad biológica como los amazónico deben proteger esa riqueza y el conocimiento que han desarrollado sobre ella sus indígenas y pueblos tradicionales, tal como las naciones desarrolladas presionan en todo el mundo contra la piratería de sus productos, como los programas de computadoras, los filmes y los discos, destacó.

El encuentro de autoridades de propiedad intelectual, promovido por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), fue ”un primer paso” para el intercambio de informaciones sobre las cuestiones destacadas por Roca, la cooperación y las negociaciones internacionales sobre patentes.

El reconocimiento de los ”derechos colectivos” exige el esfuerzo de todos los países, pues la legislación en general solo protege la propiedad intelectual y los derechos de autor de personas o empresas, no de las comunidades que desarrollaron los conocimientos originales, observó la ecuatoriana Rosalía Arteaga, secretaria general de OTCA.

El asunto requiere reflexión de los países, especialmente de los ”megadiversos”, dijo Arteaga, condición que comparten seis países (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) de los ocho amazónicos, incluidos Guyana y Surinam.

”La dinámica del mundo es el surgimiento de nuevos derechos, así pasó con la aeronáutica, la actividad espacial”, ahora se trata de asegurar el resarcimiento de las comunidades originarias por el conocimiento que desarrollaron durante siglos y que permite producir alimentos, medicamentos y cosméticos, dijo Arteaga a IPS.

Será ”un largo proceso” y es una cuestión sensible en la Amazonia por su inmensa biodiversidad. En cada hectárea de esa región sudamericana hay más diversidad biológica que en toda Europa, comparó. La ”Amazonia es femenina”, concluyó Arteaga, quien fue vicepresidenta y presidenta de su país entre 1996 y 1997.

El caso brasileño ”emblemático” de apropiación indebida de biodiversidad ocurrió hace algunos años, cuando la empresa japonesa Asahi Foods registró como marca propia el nombre de una fruta amazónica, el cupuazú, una especie similar al cacao con el que se elabora el chocolate.

Una iniciativa encabezada al inicio por organizaciones no gubernamentales permitió anular el registro en Japón y en Europa este año. Hay informaciones de que problemas similares afectan a otros productos naturales de la Amazonia brasileña.

El Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Brasil empezó a informar a sus pares en el mundo sobre los nombres de la botánica amazónica para evitar nuevos registros indebidos de marcas, anunció Roberto Jaguaribe, secretario de Tecnología Industrial del Ministerio de Desarrollo.

La experiencia peruana puede contribuir mucho a la lucha brasileña, ya que algunas especies son compartidas, como la planta con la que se prepara el té ”quiebra piedra”, indicado para combatir cálculos renales, mencionó Jaguaribe, sugiriendo acciones internacionales conjuntas contra la biopiratería.

Un obstáculo para la cooperación en esa área es la poca convergencia de las legislaciones nacionales. Nuevas reuniones de autoridades de propiedad intelectual de la Amazonia impulsarán la ”armonización de las leyes”, anunció Arteaga.

IPS Noticias, Internet, 1-7-05

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