Perú: Alan García tiene fiebre de TLC
El presidente peruano, igual que su antecesor Alejandro Toledo, quiere que el acuerdo comercial con Estados Unidos se apruebe lo más pronto posible en el congreso norteamericano
Por eso, hace lobby con senadores que dudan de sus "beneficios".
El presidente peruano, Alan García, se reunió ayer con una delegación de seis influyentes senadores estadounidenses y les pidió enfáticamente que apoyen la ratificación un tratado de libre comercio (TLC) entre ambos países.
Con el argumento que este cuerdo beneficiará los más pobres, el mandatario no se distingue un ápice de Alejandro Toledo, quien le presedió en el Palacio de Gobierno, que unos meses antes de su salida del poder sirvió “en bandeja” el acuerdo comercial a los legisladores de su país, que la aprobaron en 17 horas de sesión.
De poco sirvieron las marchas en contra y de las quejas de pequeños y medianos productores agrícolas y de comerciantes que no verán los beneficios de un acuerdo que está solo diseñado para los sectores concentrados que exportan grandes volúmenes de su producción.
Perú y Estados Unidos llegaron a un acuerdo el año pasado, pero para entrar en vigor, éste debe ser ratificado por el Congreso de ambos países.
De esta manera, García sigue alejándose de sus hermanos Bolivia, Ecuador y Venezuela, todos países andinos que con la única excepción de la Colombia del conservador Alvaro Uribe, recientemente rechazaron cualquier tipo de acuerdo comercial con Estados Unidos por las asimetrías que representan para sus economías.
Lima busca que el Congreso estadounidense ratifique un TLC, pero varios legisladores demócratas han expresado preocupación por temas ambientales y laborales y podrían exigir modificaciones al acuerdo negociado. Estos cambios no harían más que acrecentar las desventajas que ya de por sí implica para Perú un TLC de este tipo, pero eso no preocupa a García.
"Es a través del empleo como podemos derrotar totalmente al narcotráfico y a la pobreza en Perú. El TLC es para nosotros fundamental," dijo García en Palacio de Gobierno a los senadores demócratas, -entre los que se destacaba Harry Reid- y republicanos que visitan la capital peruana.
Reid se convertirá en líder de la mayoría en el Senado estadounidense en los próximos días, cuando los demócratas asuman el control del Congreso. El senador demócrata dijo que su visita a Perú se había "enamorado" del país, pero no se refirió específicamente sobre el TLC.
“Queremos hacer todo lo que podamos para ver que el Perú y toda Latinoamérica se conviertan en socios comerciales de Estados Unidos”, manifestó sobre el tema, que también llevará a la delegación a visitar Ecuador y Colombia.
El fin de esta gira es influenciar en las influenciables élites locales para que éstas, a su vez, presionen a sus gobiernos.
Estos países, junto a Perú Y Colombia mantienen por seis meses más un programa de Acuerdo de Preferencias Arancelarias y Erradicación de Drogas (ATPDEA) y pretenden extenderlo por más tiempo.
“Si pensamos en un tratado de libre comercio es para beneficiar a todos los peruanos, -agregó García- no sólo a un grupo de altas capacidades económicas que tienen la posibilidad de vincularse con el mercado norteamericano”.
Perú registra desde hace cinco años un crecimiento macroeconómico del 5 al 7 por ciento anual, pero la pobreza aún afecta a más de la mitad de la población. El acuerdo que se obstina en implementar García no haría más que ahondar las diferencias sociales, desindustrializar aun más al país, degradar el medio ambiente, crear empleos basura y acrecentar la dependencia regional, entre otras consecuencias.