Paraguay: extensión de tierras ganaderas apeligra a indígenas del Chaco
La extensión de las tierras dedicadas a la ganadería en Paraguay, favorecida por el aumento de las exportaciones de carne bovina, ponen en peligro a indígenas silvícolas del norte del Chaco paraguayo (oeste), denunciaron este jueves organizaciones indigenistas
"Tenemos más de 200 señales de presencia de indígenas no contactados, como flechas, lanzas, hachas, zapatos, restos de chozas, tejidos, que ellos dejan antes de salir corriendo, (huyendo) de los topadoristas que echan abajo los bosques", relató hoy a la AFP, el indigenista Miguel Angel Alarcón.
Responsable de la organización Iniciativa Amocotodie (palabra que significa "claros en el monte" en el idioma de los indios ayoreo), Alarcón dijo que en los últimos dos años se han multiplicado los conflictos territoriales en las zonas ancestrales de los indígenas.
La región norte del Chaco paraguayo es fronteriza con Bolivia, y se encuentra localizada a entre 600 km y 700 km al noroeste de Asunción.
"Hay una compra compulsiva de tierras, especialmente por compañías extranjeras que vienen con mucho dinero y que son capaces hasta de comprar conciencias de autoridades políticas y judiciales para conseguir su objetivo de llevar adelante el desmonte", explicó el indigenista.
Alarcón vive en Filadelfia, en el Chaco central (a 500 km al noroeste de la capital paraguaya), en donde se establecieron las colonias menonitas, y desde donde monitorea con aparatos de imagen satelital la deforestación.
Según sus estudios, los aborígenes concernidos formarían unas 20 a 30 familias, que en total, sumarían entre 100 y 150 personas.
"Esto no es leyenda ni historias de un pasado vikingo. Estos indígenas existen. Sabemos que son capaces de vivir en lugares en que ninguno de nosotros podría soportar dos días solos. Es lo increíble", explicó Alarcón.
"Estos grupos manifiestamente se niegan a formar parte de nuestra sociedad y pelean por preservar lo poco de territorio que les queda. Los que se avinieron a integrarse están convencidos que fueron engañados. Lo que tenemos en Paraguay es un gran desafío para los ganaderos y las autoridades", puntualizó.
Alarcón y otros miembros de este grupo de indigenistas enfrentan un proceso judicial por lo que ellos llaman "clima de hostigamiento por la intolerancia y racismo abierto" contra los defensores de los indígenas.
Esta organización se opuso hace un año a la venida de unos 60 estudiosos de todo el mundo, bajo el patrocinio del Museo Británico.
El objetivo era investigar y colectar la flora y fauna en el territorio silvícola por unos 20 días. "Ellos pretendían entrar sigilosamente para observar sin tener en cuenta el peligro de los encuentros fortuitos no deseados con riesgo de muerte para cualquiera de las partes", dijo Alarcón.
"No era apropiado hacer esa expedición con tantas personas y por tanto tiempo", enfatizó, para finalmente comentar con ironía que, si bien se conoce la seriedad del Museo Británico, esto no se puede confundir con un safari de turismo africano de mediados del siglo XX.