Paraguay: autoridades pierden control sobre siembra de transgénicos
Las autoridades nacionales están perdiendo lentamente el control de la siembra de cultivos transgénicos, señaló ayer con cierta inquietud el agroexportador César Jure Yunis. Añadió que el cultivo gana hectáreas en el sur y su crecimiento puede traer complicaciones al país
La soja transgénica posee la característica de resistir la aplicación de un poderoso herbicida (foto de archivo).
El cultivo de soja transgénica está prohibido en el país desde hace años. No obstante, las áreas cultivadas con este material se extiende principalmente en el sur del país, explicó el Ing. César Jure Yunis, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). Lamentó que a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) se les esté escapando de las manos el problema.
Agregó que se sabe de la existencia de estos cultivos, principalmente en el sur del país, e indicó que se ignora la cantidad de hectáreas que están sembradas con materiales genéticamente modificados. ??La siembra aumenta año tras año??, advirtió.
El MAG permite el cultivo experimental de materiales transgénicos, pero no la siembra comercial. Los productos transgénicos son el resultado de muchos años de investigación. Estos materiales contienen genes que permiten a la planta sobrevivir a la aplicación del herbicida Roundoup, que es de potente acción y combate eficazmente las malezas.
El hecho señalado permite un ahorro considerable en el cuidado de los cultivos y se cree que los transgénicos rinden un poco más que las semillas convencionales.
Jure Yunis dijo también que el país recibe materiales extranjeros, que posteriormente son distribuidos entre los productores.
El empresario recordó que los productores de semillas pidieron que el cultivo comercial de esa línea sea permitido en el país. Agregó que el gremio agroexportador está evaluando la situación que se planteará si se levanta la restricción.
Yunis sostiene que si se permite el cultivo de transgénicos, se debe permitir a las empresas que hagan una diferenciación voluntaria de la producción, a fin de no comprometer los mercados que compran la materia prima paraguaya.
Como se recordará, la Unión Europea y Japón no compran productos transgénicos.
Los detractores de esta tecnología critican la manipulación genética y advierten que los productos transgénicos se constituyen en un daño para la salud.
El principal mercado de la soja paraguaya, Brasil, permitió la comercialización de productos transgénicos en la presente zafra, teniendo en cuenta que se detectó una gran superficie sembrada en el país.
Diario ABC, Paraguay, 6-5-03