Paraguay: advierten que subembalses de Yacyretá serán bombas de tiempo
La ciudad de Encarnación podría convertirse en una isla rodeada de aguas de cloaca una vez que la usina de Yacyretá opere a cota máxima 83 (83 metros sobre el nivel del mar), advirtió el ingeniero hidráulico Victoriano Vázquez, docente de la Universidad Católica y especializado en temas ambientales
Refirió que con la elevación del río Paraná sus arroyos tributarios formarán subembalses que se convertirán en una amenaza para la salud de la ciudadanía, por lo que se deben prever acciones para mitigar los efectos de grandes espejos de aguas quietas y de escasa profundidad.
La primera amenaza que tiene la ciudad son los subembalses que se van a crear, que se pueden convertir en grandes lagos de poca profundidad, con velocidad de escurrimiento prácticamente nula, afirmó el profesional.
El embalse de la represa de Yacyretá, que cubrirá gran parte de la zona ribereña desde el lugar de emplazamiento de la represa, en Ayolas, y que afectará incluso a los municipios alejados de Encarnación como Hohenau y Bella Vista, a unos 50 kilómetros aguas arriba, provocará la formación de pequeños embalses, o subembalses, en los cursos de arroyo de importante caudal que rodean a la ciudad y descargan en el río Paraná.
Debido a que el nivel del río aumentará cuanto menos siete metros sobre el nivel actual, se producirá el efecto de que ese embalse 'entrará' en estos arroyos, repitiendo el mismo fenómeno que provoca la represa en el río.
Encarnación esta rodeada por varios arroyos, entre ellos el Potiy, que descarga en el arroyo Santa María, y esta a su vez en el arroyo Mboica’ê. Otro importante curso de agua es el arroyo Quiteria, de gran caudal, y un arroyo menor, el Mboiresa, que si bien es de escaso caudal, es un arroyo que cruza el centro de la zona baja y recibe la descarga del agua de lluvia de toda la zona este y centro del casco urbano.
Otro curso hídrico de poco caudal, pero también receptor de las aguas de lluvia de un vasto sector de la zona alta de la ciudad, es el arroyo Barril Paso, ubicado en el sector oeste, y cruza por los barrios Barril Paso y Santa Rosa.
Toda el agua que discurre por estos arroyos será 'remangada' cuando se eleve el nivel del río Paraná. La acumulación de agua en estos puntos son las denominadas subembalses.
El peligro que encierra los subembalses está en que, debido al escaso escurrimiento de las aguas, su capacidad de autodepuración será muy baja. 'Los nutrientes que se tiran al agua generan plantas acuáticas, que requieren oxígeno. Estas algas se van a podrir y generar olores fétidos, serán un caldo de cultivo para la proliferación de insectos de todo tipo', según el experto.
A modo de ejemplo, indicó que el subembalse del Potiy va a tener unos 200 metros de ancho, mientras que el de Quiteria tendrá unos 500 metros.
Si a eso se suman las miles de letrinas que quedarán en los barrios que serán desocupados y cubiertos por estas aguas, esto simplemente se convierte en una bomba de tiempo, advirtió.
El 'piso' de los subembalses serán las miles de letrinas que quedarán en el lugar que antes estuvo habitada por las familias que deben ser reubicadas. Sobre este caldo de cultivo se acumulará el agua del lago, con escaso nivel de escurrimiento y profundidad.
La EBY formalmente tiene todo un esquema de pautas para el sellado sanitario de estas letrinas, pero existen trabajos que no fueron realizados correctamente, pese a que son empresas encarnacenas, indicó.
Añadió que son 100 km2 de cuencas que se deben cuidar, y esto requiere un manejo integral. 'No es suficiente sacar a la gente del sector a ser anegado. El equilibrio que queda será muy frágil, requerirá un saneamiento continuo, por el resto de la historia', afirmó.