Panamá: la palabra de los pobres no puede seguir oculta

Idioma Español
País Panamá

La zona campesina de Coclesito y Coclé del Norte en Donoso, provincia de Colón, Panamá lleva una historia de resistencia a proyectos de muerte como son embalses, hidroeléctricas, y minería. Todo esto sucede ante los oídos sordos de las autoridades que ejercen competencia en el tema ambiental y jurídico

También se da la parcialización del ejecutivo y de la clase política y empresarial en este delito ecológico y social, que representan los proyectos de muerte amparados en leyes amañadas como el Contrato Ley del 9 de octubre de 1997.

La lucha contra el proyecto minero de Petaquilla –minería a cielo abierto– que lleva adelante el sector campesino e indígena, consciente de la responsabilidad de defender la vida, sigue adelante a pesar de los pesares. Han sido muchas las estrategias y los padrinazgos jerárquicos para callar la voz de los pobres. Desde el momento en que se organizó la Coordinadora Campesina contra los Embalses, en noviembre de 1999, hasta la fecha, las acusaciones para empañar la verdad de nuestra lucha no se han hecho esperar, cada día han sido más fuertes y más inhumanas.

Pero lo que no se puede ocultar y evitar es que el mundo conozca la verdad de lo que ocurre al interior de los países pobres, y sobre todo, en las comunidades campesinas. En este caso específico, en la zona campesina en mención con el proyecto minero de Cerro Petaquilla que ya está en su fase de ejecución, etapa de explotación. Es mucho el delito ecológico: desaparición de montañas vírgenes, remoción de enormes cantidades de tierra, contaminación y destrucción ambiental.

Hace un tiempo atrás los ejecutivos de Petaquilla decían que cuando hubieran muertos u otro tipo de pruebas sobre los peligros del proyecto, ellos dejarían de trabajar. Esto ya ha ocurrido y a pesar de que han ocultado muchos de estos delitos, la comunidad nacional conoce la verdad a través de las luchas de resistencia a estos proyectos de muerte que se mantiene en la zona. Las luchas de las comunidades continuará haciéndose sentir para que la verdad sea conocida y salga a la luz el protagonista de la justicia social y ambiental: los pobres, humildes y sencillos.

Es una vergüenza que tantos conocimientos, doctorados y licenciaturas desconozcan lo que implica para el planeta Tierra la ejecución de proyectos de minería a cielo abierto. Las actividades humanas están alterando la composición química de la atmósfera al aumentar la emisión de los gases que producen el efecto invernadero, principalmente bióxido de carbono, metano y óxido nitroso, debido a su capacidad para captar calor, estos gases están causando un calentamiento excesivo en la Tierra.

El cambio climático es uno de los mayores retos que enfrenta el mundo en el siglo XXI, la mayoría de los estudios sobre calentamiento global coinciden en que nos enfrentamos a un aumento inevitable de la temperatura terrestre y consideran que el cambio climático ya ha empezado. Informes de científicos sobre este tema 1997-2000, vaticinan más severos y frecuentes desastres “naturales” como, temblores, inundaciones, huracanes, ciclones y sequías. Los grandes desastres climatológicos se han multiplicado desde 1960.

Todo esto implica una amenaza para la vida humana, y por lo tanto, las comunidades campesinas e indígenas estamos en el momento profético de denunciar las complicidades jerárquicas que valoran el factor económico por encima de la vida humana y el planeta.

Hace muy poco el obispo de Colón puso mano fuerte para prohibir hablar como Iglesia de este tema, y sobre todo, que los campesinos que animan la vida de fe en las comunidades se involucren en estas luchas. Estamos ante una represión a la verdad, por eso es sabia la palabra del Maestro Jesús cuando nos dice: Es inevitable que haya escándalo; pero ¡ay del que los provoca!. Quieren callar a las víctimas y se juntan los pastores vestidos de ovejas con los opresores para reprimir la voz de la verdad. Ya lo hicieron a lo largo de toda nuestra lucha organizada, y al interior de las Comunidades Eclesiales de Base. Pero es inevitable, no se puede callar la voz de Dios.

Actualmente, y sin recursos, los campesinos seguimos organizados en el Comité pro Cierre de Petaquilla en defensa de la vida y del Planeta, mientras que los partidos políticos se pelean los puestos de elección rumbo a mayo del 2009. Los políticos se gastan el dinero del pueblo, más el que les da Petaquilla, para que les permitan seguir amparados en el aparato corrupto del ejecutivo. Las amenazas de las autoridades políticas, empresariales, miembros de Petaquilla y de la Iglesia Católica de Colón, no han podido callar a todo el campesinado, lo que es inevitable pues la verdad se abre paso.

Al concluir con este nuevo comunicado, quiero subrayar, ya que se están viendo fuertes síntomas y efectos de la contaminación producida por el proyecto minero en la zona, aunque la empresa se ha cambiado de nombre y presume de ser la divina pomada y la mejor amiga de los pobres. Nos cree ignorantes, cuando en realidad es lo contrario. Engañar para robarle a los pobres es cobardía e hipocresía.

El gobierno sigue reprimiendo, como es la costumbre de la dictadura, y desconociendo la lucha por la justicia social y ambiental hecha al interior de los que vivimos en el área. Nos asiste el derecho de repudiar todo ataque injusto en contra de nuestra vida y de la vida del Planeta. ¡Fuera el proyecto minero!

Como antes, los colonizadores aparecen como señores. Hoy también los explotadores y opresores son los que mandan. Tenemos que unir nuestras voces a la de todos los hombres y mujeres que luchan por la justicia, seguir adelante denunciando la traición a los pobres. Monseñor Romero decía: “de qué sirven las reformas de las estructuras si están teñidas de sangre.”. De que sirve pues, hablar de desarrollo humillando y explotando a los pobres.

Que al iniciar el nuevo año litúrgico, próximo, con el Adviento, también sepamos leer estos signos de Dios en el pueblo oprimido de Coclesito y Coclé del Norte. Llevemos un mensaje de vida a quienes nos adversa por defender lo que a todos nos pertenece, la vida del Planeta.

Paz y Bien a todos.

A las hermanas Ito, Angelines, P. Jorge; a quienes han acompañado estas luchas arriesgando sus vidas. Instituciones no gubernamentales y personas de buena voluntad… no nos olviden, nosotros siempre les recordaremos.

Atentamente,

Hermano Benancio Hernández R.
Servicio Misionero por la Justicia y la Paz.

Panamá Profundo, Internet, 28-11-08

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