Países industrializados y sus multinacionales eluden su responsabilidad
Plantean falsas soluciones al cambio climático, que solo generan mayores impactos socioambientales en los países pobres y las comunidades afectadas
El primer tratado internacional relativo al cambio climático fue la Convención Marco de las Naciones Unidas (CMNUCC) de 1992, suscrita por 192 países. Su objetivo fue estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a un nivel que impida que las actividades humanas continúen alternado peligrosamente el clima.
Cinco años después (1997), el Protocolo de Kyoto, firmado por 128 países, estableció los objetivos para dichas emisiones. Éstos oscilaban entre -8% y +10% de sus niveles de emisiones de 1990, con el objetivo de reducir las emisiones globales como mínimo en un 5% de los niveles de 1990 durante el período de vigencia de las medidas (entre 2008 y 2012).
Sólo cuatro países industrializados no han ratificado el Protocolo de Kioto: Estados Unidos (responsable del 36,1% de las emisiones), Australia (2,1%), Liechtenstein (0,001%) y Mónaco (0,001%).
Los pueblos indígenas nunca fuimos consultados en el proceso de de elaboración de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ni en las negociaciones relativas al Protocolo de Kyoto. En respuesta a esta exclusión, nuestros representantes que asistieron al Octavo Período de Sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco (Nueva Delhi, 2002), declararon:
“Nosotros, los pueblos indígenas, vivimos en zonas vulnerables, donde los efectos del cambio climático son más devastadores. Las formas de vida tradicionales se ven afectadas desproporcionadamente por el cambio climático, particularmente en las zonas polares y áridas, los bosques, las tierras húmedas, los ríos y las zonas costeras. Nuestro deber como pueblos indígenas hacia la Madre Tierra nos lleva a exigir que se nos brinden oportunidades adecuadas para participar plena y activamente en todos los procesos y mecanismos de adopción de decisiones a nivel local, nacional, regional e internacional en relación con el cambio climático”.
Actualmente los Estados están negociando un nuevo tratado internacional que reemplace al Protocolo de Kyoto después del 2012. Una nueva Conferencia de las Partes se llevó a cabo en Bali en diciembre del 2007, donde 187 países acordaron continuar con estas negociaciones para concluirlas en la reunión que se realizará en Copenhague en diciembre del 2009. Los pueblos indígenas fuimos invitados a la Conferencia de Bali, pero solo como observadores.
La IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, reunida en Puno, Perú, del 27 al 31 de mayo del 2009, acordó:
“Organizar durante la Convención de Cambio Climático de Copenhague, en diciembre 2009, una Cumbre Alternativa en defensa de la Madre Tierra para presionar por medidas efectivas ante la hecatombe climática, como la consolidación de territorios indígenas, buen vivir y consulta y consentimiento previo, asumidos como estrategias para salvar al planeta”.
Falsas soluciones
Las negociaciones rumbo a la 15 Conferencia de las Partes de la CMNUCC, que se realizará en Copenhague en diciembre del 2009, son una muestra de la lentitud y hasta la perversidad de las respuestas de los países industrializados y del sistema de las Naciones Unidas ante un problema de gran urgencia. Esto demuestra también la falta de voluntad política de los responsables para llegar a compromisos radicales que permitan atacar las causas y revertir los terribles impactos de este fenómeno resultante de un sistema de vida insostenible, cuyos efectos evidencian la vulnerabilidad de los pueblos y países empobrecidos históricamente.
Por el contrario, se profundizan las desigualdades promoviendo falsas soluciones como son, entre otras, los agrocombustibles, la energía nuclear, los bonos de carbono, las mega-represas y los nuevos ciclos de endeudamiento a los efectos de la mitigación y la adaptación. El Protocolo de Kioto deliberadamente ha dejado de lado las verdaderas soluciones al cambio climático, como son reducir el uso de hidrocarburos, detener la deforestación y favorecer la agricultura campesina.
Al mismo tiempo, recientes informes publicados por el Consejo de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos subrayan los impactos no solo del cambio climático sino también de medidas como los agrocombustibles sobre los derechos humanos y de los pueblos indígenas.
Lo cierto es que las soluciones que se han presentado en las negociaciones del clima han demostrado ser una verdadera amenaza para los territorios de muchas comunidades y pueblos en todo el mundo, sin siquiera disminuir el cambio climático ni enfrentar sus causas estructurales. Estas amenazas, sumadas a los impactos ya señalados por el cambio climático, profundizarán las condiciones de empobrecimiento y exclusión. Entre ellas encontramos:
- Los Agrocombustibles. Promocionados como energía renovable, amenazan grandes extensiones de tierra con monocultivos, agrotóxicos, desertificación de la tierra, condiciones laborales inhumanas, amplían la frontera agrícola amenazando aun más los bosques y los ecosistemas sustentables. Adicionalmente, amenazan la seguridad y la soberanía alimentaria de pueblos y naciones enteras, ya que la producción de comida es fácilmente reemplazada por el negocio de la agroenergía. En muchos casos, los agrocombustibles van acompañados de violencia, expropiación del territorio y criminalización de las comunidades afectadas.
- Mercados de Carbono: Promueven la impunidad ambiental en tanto permiten que los países más responsables por el cambio climático no reduzcan sus emisiones de carbono en sus territorios, sino que trasladen sus obligaciones y responsabilidades a los países del Sur global a través de proyectos o megaproyectos que atentan contra los derechos de los pueblos y las comunidades. Es un mecanismo que sólo permite a las empresas transnacionales y los países del Norte comprar el derecho a contaminar a expensas de los pueblos y países históricamente empobrecidos. Peor aun, el comercio de carbono ha dado lugar a nuevos y despreciables instrumentos de obtención de lucro a partir de la contaminación y el cambio climático. Las plantaciones forestales están comprendidas en esta falsa solución.
- Energía nuclear: representa una gran amenaza en tanto la producción de energía es altamente inestable y arriesga la vida del planeta entero.
- Represas: Como megraproyectos, las represas tienen un impacto muy fuerte en los territorios, generando desplazamiento, pérdida de la soberanía alimentaria y pérdida de grandes ecosistemas.
Norma Aguilar Alvarado
Área de Comunicaciones
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