Países UE no logran acuerdo para aprobar una patata transgénica
Los países de la UE no consiguieron hoy ponerse de acuerdo para aprobar el cultivo de una nueva variedad de patata transgénica, para fines distintos a los alimentarios, informaron fuentes comunitarias
Los expertos de los Veinticinco, reunidos en un Comité regulador sobre transgénicos, no consiguieron una mayoría suficiente, ni a favor ni en contra de permitir esa patata, mientras que España se abstuvo.
Se trata de la patata 'solanum tuberosum L.lineEH92-527-1', que comercializa la empresa alemana química BASF y es un Organismo Genéticamente Modificado (OGM) para aumentar su contenido en fécula, mediante el refuerzo de un componente, la amilopectina.
La Comisión Europea (CE) propuso autorizar el cultivo de ese tubérculo para la obtención industrial de fécula que 'no irá a consumo humano y animal, sino para otros usos como productos del hogar o almidones', según informó en un comunicado.
Como resultado del Comité de hoy, en el que los países no consiguieron una opinión concluyente, la CE deberá presentar la propuesta de aprobación e este OGM al Consejo de Ministros de la UE.
Si después de tres meses los ministros comunitarios no consiguen dictaminar sobre el transgénico, entonces el expediente volverá a la Comisión, que podrá aprobarlo unilateralmente.
La CE aseguró que como ese tubérculo ha sido modificado genéticamente para tener más contenido en fécula, no es tóxico para insectos u otros organismos, según el comunicado.
Bruselas indicó, en la nota, que la planta no producirá polen o semillas para diseminación, que se podrían esparcir.
Aludió a que, según un informe de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés), esa patata es 'tan segura como la convencional, por lo que es poco probable que tenga efectos adversos en la salud humana o el medioambiente'.
Por el contrario, la organización ecologista Amigos de la Tierra manifestó, en un comunicado, que si se cultivan patatas transgénicas para fines comerciales 'sería un desastre'.
La representante de Amigos de la Tierra afirmó que 'la propia industria de la biotecnología' admite el peligro de que la fécula de esa patata, que vende BASF, entre en la cadena alimentaria y los ciudadanos 'terminen comiendo transgénicos, quieran o no'.
Desde que la UE puso fin en 2004 a la moratoria para la autorización de nuevos OGM (impuesta en 1998) no se ha aprobado la utilización de variedades para cultivo en el territorio comunitario, solamente se han autorizado para comercio o transformación.
Terra, Internet, 4-12-06