Organizaciones sociales condenan modelo y promoción de biocombustibles
Organizaciones y movimientos sociales de quince países condenaron hoy el modelo y la estrategia de promoción de los combustibles alternativos en una reunión paralela a la "Conferencia internacional sobre biocombustibles" que se celebra en Sao Paulo
Los participantes del seminario internacional "Agrocombustibles como obstáculo a la construcción de la soberanía alimentaria y energética", reunidos desde el lunes, emitieron hoy un documento final que fue presentado en la conferencia que promueve el uso de los biocombustibles "Estamos en desacuerdo, radicalmente, con el modelo y la estrategia de promoción de los agrocombustibles. Entendemos que estos no son vectores de desarrollo, ni tampoco de sostenibilidad", apuntó el documento usando los mismos términos del lema de la reunión oficial.
La estrategia de promoción de los biocombustibles, liderada por Brasil y Estados Unidos, que producen el 70 por ciento de la oferta mundial de etanol, "representa un obstáculo al necesario cambio estructural en los sistemas de producción y consumo, de agricultura y de matriz energética", agregó el texto.
La expansión de monocultivos, la concentración e invasión de tierras, el uso "excesivo" de agrotóxicos, los atentados al agua y la biodiversidad, la utilización de "condiciones degradantes de trabajo" y la amenaza a la seguridad alimentaria fueron los puntos negativos expuestos por los participantes en el foro alternativo.
El informe citó también los "subsidios" que recibe el sector, los perdones de deudas fiscales y las millonarias líneas de crédito otorgadas por el Gobierno brasileño para la producción de biocombustibles, llamados de "agrocombustibles" por los activistas que alegan modificaciones genéticas a los cultivos.
La política de biocombustibles de la Unión Europea (UE), que espera aumentar el uso de esa fuente de energía, también fue objetada por considerar que ella "hipoteca las tierras de los países del sur para atender su demanda", anotó el documento.
Las organizaciones sociales defienden una propuesta "alternativa" de soberanía alimentaria y energética, con una reforma agraria "adecuada" a las "particularidades" de cada país, basada en políticas ecológicas y de "racionalización" de recursos que den "prioridad al transporte colectivo sobre el individual".
"El precio de la energía debe ser basado en el costo de la producción real y no en la especulación financiera. Tampoco puede estar bajo el control de grandes grupos económicos. La energía y los alimentos son derechos de los pueblos dados por la naturaleza y no mercaderías", concluyó.
En el seminario alternativo participaron representantes de organizaciones sociales de Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, Bolivia, El Salvador, Guatemala, México, Ecuador, Paraguay, Tailandia, Holanda, Suecia, Alemania y Estados Unidos.