Nicaragua: a capa y espada contra transgénicos
De una cosa están claros: no dejarán que la semilla criolla que por siglos han heredado de sus antepasados sea suplantada por semillas transgénicas, pues suponen que a la larga causarán mucho daño en la salud humana y animal
Ésa es la posición de más de 500 familias campesinas que habitan en 19 comunidades de seis municipios del departamento de Rivas. Piensan que si los transgénicos invaden sus cosechas perderán la herencia de sus antepasados, “lo más valioso que tenemos son nuestras tierras y no permitiremos que se contaminen con semillas que terminarán con la fertilidad natural de los suelos”, manifestó el productor Andrés Mora, de la comunidad San Juan Viejo, de Rivas.
Este productor trabaja desde hace varios años con producción orgánica, “quiero que mi producción esté libre de transgénicos”, decía mientras recorría su finca de 25 manzanas de extensión, donde produce todo tipo de leguminosas, tubérculos, hortalizas y granos básicos, sin utilizar ni una gota de pesticidas.
“Cultivo semillas criollas para conservar la herencia de mis padres y la alimentación de mi familia, y orgánicos para conservar la salud”, manifestó a un grupo de periodistas extranjeros, mientras mostraba las bondades de sus cultivos.
La percepción de los campesinos es que el Gobierno quiere acabar con la producción de sus semillas criollas, “han introducido semillas transgénicas en el Programa Libra por Libra, son semillas que no nos ayudan en nada, porque para tener una buena producción necesitamos paquetes tecnológicos que no tenemos, y sobre todo muchos pesticidas”, manifestó Carlos Vidal Tenorio, del municipio de Tola.
GOBIERNO REACCIONA
José Augusto Navarro, titular del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor), dijo que la semilla que ellos distribuyen a través del Programa Libra por Libra no es transgénica, “ni un solo grano del que distribuimos es transgénico”, manifestó.
“El Magfor regala buenas semillas y ellos (productores) escogen la que quieran”, indicó el ministro Navarro.
Por otro lado, los productores comentaron que para conservar la fertilidad del suelo no utilizan fertilizantes elaborados con productos químicos, sino, que más bien utilizan lo mismo que sus antepasados.
“Utilizo barreras muertas para conservar el suelo y las aguas”, manifestó Moisés Morales, otro de los productores de la zona.
Andrés Mora utiliza el jugo de la fruta del neem, para refrescar sus plantaciones.
Estos campesinos trabajan de la mano con Swissaid Nicaragua, organización suiza que labora en pro de una producción libre de transgénicos con productores de varios países del mundo.
La misión de Swissaid que visitó recientemente la zona estuvo conformada por dos parlamentarios suizos, periodistas de diferentes medios de comunicación y altos funcionarios del organismo.