México: producir maíz transgénico profundiza la dependencia alimentaria
La producción de maíz transgénico en México pone en grave riesgo la sobrevivencia de cultivos tradicionales, además de que coloca al país ante la disyuntiva poco favorable de encarecer el producto y depender en materia alimentaria de compañías extranjeras...
La producción de maíz transgénico en México pone en grave riesgo la sobrevivencia de cultivos tradicionales, además de que coloca al país ante la disyuntiva poco favorable de encarecer el producto y depender en materia alimentaria de compañías extranjeras, destacadamente Monsanto, advirtió el relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter.
Al rendir el informe de Naciones Unidas sobre la misión a México relativa a este tema, De Shutter advirtió sobre el grave problema de obesidad que hay en el país, derivado, en buena parte, del aumento en las exportaciones mexicanas de frutas y legumbres hacia Estados Unidos y Canadá, así como el incremento en el consumo de los mexicanos de productos altamente procesados con gran concentración de grasas saturadas, azúcar y sal, fenómeno que se observa a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ha llevado a la cocalización de la dieta en México, señaló el relator especial al explicar que el consumo de refrescos entre los niños mexicanos se duplicó entre 1992 y 2002.
A su vez, representantes de organizaciones agrícolas advirtieron que las políticas públicas del gobierno federal “van en el sentido equivocado, ya que a pesar de haberse duplicado el presupuesto para el campo en años recientes, el número de pobres en el sector agrícola es cada vez mayor. No es posible que en el norte del país haya menores que mueren por desnutrición.
No es posible pretender acabar con el hambre en México entregando despensas, mientras los legisladores federales sostienen que la introducción de maíz transgénico en México tal vez no sea lo mejor para el país, insistió De Shutter en teleconferencia desde Ginebra, Suiza, y destacó los efectos desconocidos del maíz modificado genéticamente al mezclarse con grano convencional.
En las complejas condiciones medioambientales del país, la posible pérdida de biodiversidad agrícola que se derivaría de ello es muy grave, puesto que la diversidad es fundamental para afrontar las amenazas futuras y los fenómenos imprevisibles del cambio climático.
Respecto de las condiciones de sobrepeso y obesidad en la población del país, el relator de la ONU ejemplificó el daño que ha provocado el cambio alimenticio a partir de la apertura comercial, al señalar que es previsible que para 2017 México tendrá que gastar 5 mil 600 millones de dólares al año sólo para atender a personas enfermas de diabetes.
Con la firma del TLCAN hemos visto que la inversión de la industria alimentaria de Estados Unidos se ha incrementado 10 por ciento anual. Uno de los resultados es el consumo de Coca- Cola por los niños mexicanos. México, al igual que otros países, ve que sus frutas y verduras se van a otros países y deja a su población con una dieta que no es nutritiva, y como resultado de ello hay mayor incidencia de diabetes y padecimientos cardiovasculares. Es el resultado de una transición que es común ver en economías en crecimiento, insistió.
De Shutter se congratuló porque la representación de México estuvo de acuerdo tanto en revisar el tema de los transgénicos como en la urgencia de elaborar políticas públicas que tiendan a mejorar la alimentación en el país.
Adelantó que en la próxima reunión multilateral propondrá la aplicación en otras naciones de programas como Oportunidades, que ha tenido, dijo, efecto positivo en la población que atiende.
Sin embargo, lamentó que otros programas de apoyo al campo no cumplan cabalmente con su propósito al no incidir en los medianos y pequeños productores.
En este sentido, Pedro Torres, representante de organizaciones agrícolas, aseguró que los programas apoyan en la realidad a los mayores productores y apenas llegan a los medianos y pequeños agricultores. Eso nos ha llevado a una inseguridad alimentaria que afecta a 52 millones de mexicanos.
Dijo que en México se aplica la teoría de que a los pobres hay que apoyarlos con poco, pues con muy poquito pueden vivir, cuando la realidad es otra, pues es en ese sector de la población donde se debe apoyar más, debido a que las carencias son acumuladas por años.
Fuente: La Jornada