México: pide experto no iniciar siembra de maíz transgénico
No se puede comenzar la siembra de transgénico en campo abierto sin antes realizar una experimentación para determinar si realmente el grano modificado es altamente peligroso para el país
Antes de comenzar con la siembra en campo abierto de maíz transgénico, como lo demandan la Confederación Nacional Campesina (CNC) y Monsanto, debe iniciarse una experimentación con semilla apareada -de variedades criollas y transgénica- por un periodo de cuatro a cinco años bajo condiciones de bioseguridad para determinar si realmente el grano modificado es altamente peligroso para el país, asentó el doctor Antonio Turrent, integrante del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
No se puede comenzar la siembra de transgénico en campo abierto sin antes realizar esa combinación, ya que se ha demostrado que sí puede haber polinización entre el maíz transgénico y las variedades criollas. Dicha experimentación, podría realizarse en alguna isla que pudiera declararse en cuarentena o bien en parcelas de Santo Domingo, Honduras o Cuba -por un intercambio con dichos países-, terminar con las controversias, abundó.
"Para mí sí hay riesgo severo de contaminación de ADN y hay bases para creer que habrá una acumulación de contaminación; por eso en lapso de tiempo puede ser la muerte o no pasar nada, pero la experimentación debe ser con recursos del Estado y sin la intervención de trasnacionales, las cuales pueden dar un seguimiento al experimento porque su desarrollo debe ser público. Sí, es caro, pero, ¿qué será más caro para México: perder sus variedades por contaminación transgénica o mantenerlas con plena seguridad?", sostuvo en la conferencia de prensa en la que el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas se opuso al inicio de la siembra experimental de maíz transgénico en el país.
Alejandro Espinosa, también investigador del INIFAP e integrante del consejo técnico consultivo de Investigación y Transferencia de Tecnología de Maíz de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, de la CNC, destacó que el derecho y obligación de los científicos y de los campesinos es proteger las variedades del grano, que por los trabajos del INIFAP suman 250, pero el país requiere 800 y se alcanzarán con apoyo económico.
Por ello, subrayó que la CNC debe dar a conocer a su consejo técnico los detalles del convenio que firmó con Monsanto y mediante el cual la transnacional se compromete a crear bancos de germoplasma del maíz, y si éste no conviene a los intereses del país, cancelarlo. Hizo un llamado al presidente Felipe Calderón para que realice los cambios necesarios en la Secretaría de Agricultura, en donde hay "varios funcionarios que están coludidos con los empresarios".
Respecto al convenio CNC-Monsanto, integrantes del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas exigieron a la CNC y al Congreso Agrario Permanente (CAP) terminar con el doble lenguaje y definir si defenderán a los campesinos y al maíz.
"La CNC se ha prestado a las maniobras de Monsanto para presionar a la siembra experimental de maíz transgénico en Tamaulipas, Sonora y Sinaloa a partir de septiembre, y que es de alto riesgo, pues ya la Comisión de Cooperación Ambiental, a partir de que se demostró la contaminación de grano modificado en Oaxaca, recomendó la no importación de la semilla", dijo Víctor Suárez, director de la ANEC.